Sorpresa n° 6

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Nuevamente Tom no ha querido decirme adónde vamos, así que me encuentro en el asiento trasero junto a él, ya que el chofer nos lleva a nuestro destino.

-Espero que no tengamos que caminar tanto como ayer, necesito al menos un día de descanso-le digo. Tom se ríe. Coge mi mano entre las suyas y se la acerca a sus labios para besarme los nudillos.

-No será tanto, lo prometo-me dice. Sonrío y sacudo la cabeza.

-¿No crees que puedas darme siquiera una pista?-le ruego.

-Te gustara-me dice. Pongo los ojos en blanco, haciéndolo reír.

-Vaya, eso no me lo esperaba-le digo con sarcasmo. Se ríe más fuerte.

-¿Has hablado con tus padres?-me pregunto.

Ah, mis padres. Esta mañana, cuando los llame, les dije acerca de Tom, de que él estaba también con nosotros. No tengo que usar mucho mi imaginación para saber que mi padre probablemente hizo una mueca de desaprobación. Saben quién es Tom, y que lo conocí antes. Mi madre se alegró de que lo estuviese pasando tan bien, nos despedimos y eso fue todo. No, no es un gran avance, pero al menos ahora saben de la existencia de Tom en mi vida. Incluso les comente que nos tenía una sorpresa para ir a los estudios de Harry Potter, a lo que mi madre se rio, siempre le ha causado gracia mi obsesión con la saga, y mi padre, en tono algo cortante, comento que "al menos parece ser simpático".

-Saben que existes-le digo.

-¿Y que dijeron?-pregunta.

-Nada, en realidad. Supongo que más adelante puedo comentarles que... vienes conmigo a casa-digo, encogiéndome de hombros.

-¿Cómo crees que se lo tomen?-pregunto. Miro mi mano, que juguetea con el borde de mi abrigo.

-Honestamente, no lo sé-le digo.

El auto se detiene. Tom se coloca unas gafas y un gorro, y se tapa la cara con la bufanda que lleva al cuello. Hoy ha amanecido muy helado, y las nubes grises amenazan con ponerse a llover en cualquier momento. La puerta del auto se abre y nos bajamos. Frente a mí, el imponente edificio del museo de historia natural de Londres. En la escalinata que lleva hacia la entrada, hay personas sentadas, otras subiendo o bajando. Muchos turistas a nuestro alrededor le sacan fotos al lugar, ya que en si el museo, por fuera, es increíble.

-¿Te he dicho que te amo?-le digo mientras miro embobada la estructura. Tom se ríe.

-Sí, pero me gusta que me lo digas-me dice.

Me abraza por la espalda, rodeando mi cintura, y me da un beso en la mejilla. Me giro en sus brazos, y sin previo aviso, me coloco de puntillas y lo beso. Su boca se entreabre rápidamente, y sigue el movimiento de mis labios. Me separo, sin aliento, y lo miro.

-¿Entramos? Si vuelves a besarme así te llevare de vuelta al departamento-me dice. Me rio.

-Vamos-le digo.

En la entrada nos dan un mapa del museo. Quiero verlo todo, pero primero debo saber de cuánto tiempo disponemos.

-Podemos estar todo lo que queramos, hoy es el día dedicado a los museos-me dice Tom. Le sonrío.

-Pues prepárate, porque nos pasearemos de un lado a otro. Primero, dinosaurios-le digo, y él se ríe.

Nos vamos por un gran pasillo a la izquierda, y entramos a la sala dedicada a los fósiles de dinosaurios. Observo el cráneo de un Tiranosaurios Rex, de un Triceratops, de un Stegosaurus... Podría quedarme horas de horas en el lugar, mirando fascinada las exposiciones, pero al cabo de treinta minutos me obligo a pasar a la siguiente sala: mamíferos. No me entusiasma tanto como la de los dinosaurios, porque me da algo de pena ver los animales embalsamados, pero igual tardo en decidirme a pasar a la otra exhibición, ya que me quedo pegada mirando al Cynognathus y el Diprotodon. La siguiente exposición es "imágenes de la naturaleza" con distintos dibujos de variados artistas. Pasamos a otra sala de mamíferos, y quedo embobada con los modelos a escala de ballenas, elefantes y otros tantos animales. Visitamos la sala de animales marinos invertebrados, luego a la de peces, anfibios y reptiles, luego nos devolvemos para entrar a la exhibición de biología humana. Me siento fascinada con el modelo gigante de una célula. Tom se queda mirando con cara de disgusto un cerebro, a lo que me rio.

-Mira, ese es el lobo occipital, ahí está la corteza visual-le digo.

-Es asqueroso-dice.

-Sí, la ciencia suele serlo-le digo riendo.

Pasamos al Hintze Hall, donde me deja boquiabierta el esqueleto de una ballena azul. También hay un mastodonte americano, un pez marlín preservado en perfecto estado, un Mantellisaurus, entre otras cosas.

Seguimos con la exhibición de "creepy crawlies", lleno de crustáceos, insectos y arácnidos. Me rio al ver a Tom temblando al ver las arañas.

-¿Qué no eres Spiderman?-le susurro.

-No me gustan las arañas-me dice. Me rio.

-Bueno, a mí tampoco, solo una-le digo sonriendo. Me sonríe y se acerca a darme un corto beso.

Avanzamos hasta la sala con fósiles de reptiles marinos. Cocodrilos ancestrales, fósiles que parecen dragones, animales que murieron dando a luz. La siguiente sala es de los pájaros, con especímenes embalsamados, muestra de huevos y algunos pájaros extintos.

Subimos al segundo piso para ver la exposición de minerales y otros animales. Luego bajamos y nos dirigimos a una exhibición de fósiles. Pasamos a la sala de evolución humana (lleno de cráneos de nuestros ancestros), Earth Hall, tesoros de la tierra hasta llegar a la tercera planta, donde esta una exhibición de volcanes y terremotos.

-El terremoto más grande del mundo ocurrió en Chile, en 1960... fue grado 9,5 en la escala de Richter, pero se sospecha que más ya que ese era el límite del sismógrafo-lee Tom.

-Creo que es el país más sísmico del mundo-le digo.

-Es una suerte de que eso no pase aquí en Inglaterra-me dice.

-Aun-le digo, intentando infundirle miedo. Se ríe.

-Vamos al jardín de afuera ¿te parece?-me pregunta.

-Sí, y después creo que podríamos irnos de acá, antes de que me tiente a volver a la sala de dinosaurios-le digo, haciéndolo reír más fuerte.

Luego de ir al jardín, nos vamos al auto donde el chofer nos está esperando. Durante unos minutos, en que vamos abrazados, el auto avanza a rápida velocidad, hasta detenerse nuevamente. Esta vez, nos encontramos frente al museo británico.

-Para que veas tus momias egipcias-me dice Tom.

Entramos, nuevamente nos dan un mapa del museo al interior y observo.

-Wow, es imposible verlo todo en un día-le digo a Tom.

-Tendrás que elegir qué cosas quieres ver-me dice él.

-¿Qué tal... todo?-le digo. Se ríe.

-Vamos, elige-me dice.

Decidimos irnos por las momias primero. Los sarcófagos, las increíbles piezas de muros gigantescos que sacaron de las pirámides, las esfinges....

-¿Cómo lograron transportar todas estas cosas?-pregunto.

-Barco, supongo-dice Tom. Lo miro.

-Aun así, es impresionante-le digo.

Nos vamos a las esculturas griegas. La mayoría no tienen rostro, ya que se consideraban paganas. Me parece una brutalidad enorme, ya que son bellísimas. Seguimos por los pasillos y las salas hasta llegar a la exhibición de Europa antigua, con muestras de la cultura celta.

-Gracias-le digo cuando vamos de vuelta al auto, cogidos de las manos.

-No hay de que-me dice sonriendo.- ¿Te apetece almorzar algo? son casi las dos de la tarde.

-Seguro-le digo, y nos subimos al auto.

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Estos son mis museos favoritos del mundooo (hasta ahora).

Dato curioso: si, he vivido un terremoto. Si, Chile es el país más sísmico del mundo, y creo, una de las pocas cosas por las que es conocido Chile (además del vino ea ea).

¿Cual es su libro favorito y por qué? El mio es The Host probablemente, me encanta porque habla de que es esencialmente ser humano, y es ciencia ficción, que puedo decir, ¡Me encanta la ciencia ficción!

¿Tienes alguna pregunta? Hazla! La respondo en el siguiente capitulo

¿Los sueños se hacen realidad? (Tom Holland y Tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora