Una joven de cabellos Cafes, caminaba por las calles hacia un restaurante, pues su novio la había citado ese día.
Llevaba un hermoso vestido hasta las rodillas, ya supuso que el restaurante iva ser elegante.
Cuando llegó, vio a su novio esperandola, se acercó a ella con una pequeña sonrisa en el rostro.
- Hola mi amor - le saludo besando su mejilla amorosamente, provocando un pequeño rubor al contrario.
- ¿Como esta mi Reyna? - siguió el juego besando la comisura de sus labios ahora sonrojadola a ella.
Solto una risa y ambos entraron al restaurante, era muy lindo.
Wakiya había pidió una mesa y ambos se sentaron en donde les habían indicado era cerca de la ventana tenían vista ala calle.
- Oye Cristina - la llamo algo nervioso.
- ¿Si? - respondió ella ahora viéndolo a los ojos.
- He estado pensando en algo - agarro su mano acariciandola - y llegue a una conclusión, ya no quiero ser tu novio - la miro a los ojos.
Cristina sintió como sus ojos empezaban a cristilazarse, sus labios empezaron a temblar.
- Quiero ser tu esposo - la miro con dulzura arrodillandose - y ¿tu quisieras ser mi esposa? - abrió la cajita terciopelo mostrándole un hermoso anillo la miro y Cristina empezó a llorar de la felicidad.
- Si - murmullo - ¡si quiero! - se abalanzó hacia el besandolo con amor.
Mientras las demás personas aplaudían con una sonrisa ala reciente pareja, dándoles sus más sinceras felicitaciones.
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