#2 Parte

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Pasó una semana desde entonces, Jaque ha estado viviendo- por así decirlo- en casa con Coraline. Ella le ofreció que durmiera en la habitación de sus padres, pues era cómoda y tenia comodidades personales. Y él le ayuda con los quehaceres y les gusta llevar pláticas cómodas en la sala.

Pero he de admitir que Jaque aun teme de que algo llegase a suceder a Coraline, por ello siempre evita estar muy cerca de ella o ser descuidado. Por otra parte, Coraline también piensa a veces en lo que puede suceder, pero a ella le agrada tanto estar en compañía de alguien que le escuche y deja lo malo-que sabe qué puede suceder- de lado, pero sin ignorar lo que puede pasar.

Ambos tranquilos siempre, platicando de historias que escucharon o propias, Jaque en ese corto tiempo se enteró de que Coraline era huérfana, pues sus padres murieron el día del accidente. Milagrosamente ella sobrevivió al ser protegida por su madre y su mascota, un perro Pastor Alemán que era el mejor amigo para ella, también le mostró un par de cicatrices que marcaban sus brazos, piernas y garganta: hechas por los vidrios y laminas del auto al momento del choque.

También le contó lo sucedido cuando él volvió a la casa, el cómo le había ayudado a quitarse a Graham, el chico promedio de antes, para que no le molestara, pero omitió la parte del beso. Pues creía que si lo decía, él se exaltaría y decidiría irse. Le contó también que Graham era su antigua pareja, habían terminado tiempo atrás cuando ella se enteró de que era celoso y posesivo-además de que se veía y acostaba con una de sus amigas-. Por ello se volvió aislada. Pero que él se obsesionó con Coraline y querían que volvieran, pero ella se negaba.

Jaque le contó a Coraline que él antes no tenía problemas, que siempre había sido amable, pero al enterarse de aquel horroroso problema, decidió alejarse de todos, pues siempre terminaba haciéndoles daño de alguna u otra forma. Y confesó que Coraline era la primera que comprendía un poco el problema y no le juzgaba.

También que era un problema que muchas veces cuando despertaba, no sabía qué día era y estaba metido en demasiados problemas, tanto que ya había dado un par de recorridos a casi toda la región.

(...)

En este día, Coraline salió al patio después de dejar sobre la mesa un sobre de papel que recién había abierto, ella se sentía cansada pero salió a meter la ropa que estaba seca para acomodarla y pensar en que haría de comer. Pensaba en lo cómodo que habían sido esos días, había olvidado como era el estar acompañada y que le escucharan. Le era algo satisfactorio. Poco después volvió a entrar a la casa, dejo todo lo que llevaba sobre su cama y se dirigió a la cocina y miró a Jaque levantando unas cosas del suelo.

-Coraline... perdona, no sé qué sucedió y de momento todo estaba en el suelo. - respondió Jaque asustado al ver a Coraline entrar a la cocina. Ella solo le sonrió dándole a entender que no se preocupara y le ayudó a levantar todo.

-Perdona, me tropecé con la mesa y tire todo...- añadió Jaque, ella solo le miró con una sonrisa mientras levantaba los papeles y algunas otras cosas que estaban en el suelo. -Déjalo, yo me encargo, no quiero que te vayas a lastimar- replicó pero ella solo soltó una risilla muda y siguió levantando todo, pensó en que Jaque era como un pequeño niño que se asustaba con facilidad, aun siendo un ser que ella solo creía reales en los cuentos de sus padres...

Jaque le dio los papeles y ella los acomodó mientras se dirigía a su habitación y aguardaba su ropa con lo demás.

Un par de días más y al parecer no había surgido ningún problema, Coraline se sentía tranquila y ambos tomaron un poco más de confianza, pero para Jaque aun era suficiente el miedo que evitaba estar demasiado cerca de Coraline por mucho tiempo. Incluso evitaba entrar a la cocina o tomar cosas que fuesen a ser peligrosas. Coraline comprendía el temor que Jaque tenia, pero ella quería que este fuera libre. Si pudiera liberarlo de aquel problema, no dudaría en hacerlo. Pues era demasiado lo que él había sufrido como para seguir sufriendo.

Protegerla de mí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora