El nublado día de otoño fue cuándo despertó él sobre un sofá con unas cobijas encima. Este se sentó para observar su alrededor. Se fijó que en sus brazos tenía vendajes y un fuerte dolor de cabeza. Intentando recordar que había ocurrido el día anterior, el motivo de sus heridas superficiales. Mirando sus manos que aún tenían unas garras negras y pelaje obscuro. Sí, estoy hablando de un licano. Él, fatigado y destanteado del donde estaba, solo observando a su alrededor. La mesita de centro, la televisión de la sala, los sofás y esas cobijas con una fragancia tenue de perfume frágil.
– ¿Ya te has levantado?- una voz femenina -computarizada-sonó. Él se giró y en la puerta estaba recargada una chica que vestía ropa holgada de colores cálidos y sostenía en manos un extraño aparato. –Me alegra que ya estés despierto–se escuchó de aquella maquina después de que ella escribiera sobre su teclado y le dedicaba una sonrisa.
Él no contestó mientras la miraba extrañado. ¿No le temía aún estando en media metamorfosis?
–perdona, seguro tienes hambre. Espera. – nuevamente el aparato y ella se metió de nuevo a la cocina trayendo consigo un desayuno. –no sé qué es lo que te guste, pero espero y sea de tu agrado.
–... ¿Por qué no hablas tú? – preguntó momentos después de decidirse.
–No puedo hablar. – respondió nuevamente el aparato después de que ella tecleara a gran velocidad. La práctica ya la había acostumbrado.
– ¿Por qué? – preguntó nuevamente y ella solo le sonrió mientras le hizo un gesto para que desayunara.
–Perdona por no presentarme. Mi nombre es Coraline– él la miró y titubeo un poco en responder.
–...yo me llamo Jaque...– el chico desvió su mirada a otro lado que no fuera a esa chica.
Jaque estaba demasiado nervioso y confundido, mientras que Coraline se notaba tranquila y un poco distraída, ajena al ser que tenía enfrente -¿qué acaso esta chica no tenia sentido común?-. Jugando con su lector.
Pronto Jaque le preguntó el cómo había llegado hasta aquel lugar, la respuesta fue de que el día anterior se habían cruzado mientras ella iba a comprar el mandado. Jaque había logrado salir de (seguramente) una pelea y cayó frente a ella. Después que se levantó de nuevo y la siguió para que le curase y se quedó dormido en el sofá. En aquél momento era un simple perro hasta que llegó a la casa de Coraline y ella se dio cuenta de qué era realmente... Insisto, ésta mujer no tiene sentido común.
Jaque mostró una mirada de sorpresa y temor, ante lo que le habían contado, que a Coraline le extrañó un poco. Siguieron hablando y él le preguntó el motivo por el cual ella no le temía por ser un licano, respondió con una sonrisa y se encogió de hombros.
La chica le contó que era muda, pues 2 años antes había sufrido un accidente donde sus cuerdas vocales fueron dañadas gravemente y aún no se recuperaban, quizás no lo harían.
Jaque intentó irse después de aquella plática, pero al observar que no había nadie más en la casa, quiso saber el motivo. La castaña respondió que sus padres no vivían con ella y su mascota había fallecido el mismo día del accidente y no se había atrevido a tener otra. Jaque titubeo un poco mientras decidía que hacer, sí quedarse con esa chica un tiempo más para que no se sintiera sola o irse para evitar problemas futuros. Pero- al mirarla a esos ojos obscuros y un poco tristes- él sintió ese algo en su pecho que le dijo que se quedase sólo un momento más.
(...)
–Coraline, disculpa pero debo irme lo más pronto posible. No puedo quedarme. –anunció tiempo después de platica mientras se levantaba de la mesa y la chica lo veía con cierta duda en su rostro. –Gracias por todo, pero te traeré problemas sí me quedo.

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Protegerla de mí...
Hombres LoboUna noche común de otoño, ella, pidió algo diferente para cambiar su vida. Algo que le hiciera ver las cosas de otro color, pero nunca creyó que esa petición se cumpliera. Mucho menos que fuera muy literal el "algo diferente que me cambie la vida"...