Capítulo Especial (p1) "Mundo Utópico"

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Capítulo totalmente ajeno a la historia original. En un mundo utópico a la novela. (En otras palabras, el contenido de este capítulo no viene incluido en la historia original y no afecta a los significados de la misma, pero se requiere haber terminado de leer la obra original)

Jaque se encontraba en la sala, mirando fijamente a la pequeña mesa de té sin prestarle realmente atención a esta. Estaba perdido en sus pensamientos a la par que sus manos se cepillaban algunas veces con la violencia del desconcierto que le provocaba todo el misterio que su esposa le generaba en ese momento. Coraline le había llamado por teléfono diciéndole que tenia algo importante para decirle. No le dijo por telefono el asunto y le estaba matando la espera.

Las manos le temblaban por el miedo anticipado que le subía desde el estomago hasta la garganta. Sentía el sudor frio bajar por sus sienes mientras se mordía distraídamente el labio entre sus colmillos. Suspiró ruidosamente antes de sentir un fuerte golpe en su vientre que le obligó a doblarse sobre sí mismo. No había visto venir. En realidad desconocía que el niño estuviera en casa, se suponía que debería estar en la escuela.

Aley tenía 10 años recién cumplidos y brincaba con emoción por el sofá donde su padre se encontraba sentado y gruñendo por el dolor. El niño tenía una cabeza dura y el que llegara en plan de cabra loca no era muy agradable para el azabache mayor cuando no estaba enterado. En alguna otra ocasión lo hubiera visto venir y atrapado antes de realizar el acto, pero su nerviosismo opacaba sus sentidos.

-¡Jaque! ¡Jaque!- gritó el pequeño - ¡Mi mamá me dijo que cocinará filetes de carne!

El ojiazul mayor sonrió a su pequeño, o hizo su mejor intento -pues parecía aún una mueca de dolor- y revolvió el recién cortado cabello del niño.

-Hijo...-dudó al decirle de aquella forma, aún no estaba acostumbrado, pero sabía que lo era y Coraline le había pedido hacer un esfuerzo...- ¿No se supone deberías estar en clases? -el niño guardó silencio de inmediato y detuvo sus saltos. Tragó saliva y antes de hacer algún movimiento, desapareció de la sala corriendo hacia su cuarto.

-Llamaron de la escuela-la repentina voz de la chica lo sobresaltó. ¿Qué ahora todos estaban al tanto del arte del silencio? -Aley ha tenido problemas estos días en mantener su atención en la clase. Me dijo que se le dificultaba esconder sus garras o mantener a raya las orejas y hoy le mandaron a enfermería porque se veía cansado y me llamaron al usar un termómetro. Ya sabrás tú el motivo. -le dijo con una sonrisa divertida.

Caminó a su usual paso tranquilo hasta su esposo, quien se puso en pie al verla acercar y no pudo pasar desapercibido un ligero cambio en el ambiente que le bailaba en la nariz desde hacia días. ¿Qué era? ¿Chocolate? ¿Manzana y canela? Quizá caramelo o miel... ¿Coraline estaría haciendo dulces? Eso explicaría la emoción del niño. No. Aley había especificado que la comida era carne, nunca mencionó algún postre. Se sorprendió cuando la castaña estuvo frente a él y rodeó su cuello con sus delgados brazos.

El aroma provenía de ella. ¿Habría ido a alguna dulcería con Aley de regreso a casa?

Le saludó con un casto beso sobre los labios y Jaque envolvió sus brazos en torno a la cintura de su mujer. Le sonrió de lado y le devolvió el saludo. Demorando más de lo necesario, pero eso no bastó. Enterró su rostro en el cuello de la castaña y aspiró su aroma. Había un ligero cambio, quizá compró otro detergente para la ropa. Soltó el aire por la boca y la joven madre se estremeció ante el cálido aliento.

-Jaque, me hace cosquillas. -se quejó la chica. El azabache se separó de ella, más no liberó su cintura, y le sonrió con ese amor que tanto profesaba sólo por ella.

Protegerla de mí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora