#6 Parte (... 1)

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Coraline se puso en pie mientras estiraba los brazos y soltaba un bostezo. Se giró mirando el reloj que marcaban las 12 de medio día. Se decidió por irse a duchar antes de salir para ir a visitar a su madre, tomó su ropa dejándola sobre la cama y salir al baño para tomar una ducha de agua caliente. Por otra parte, Jaque por algún motivo se sentía nervioso, incomodo consigo mismo quizá. Además de que no podía creer que Coraline supiera que era una ilusión, pensando en cuales habían sido sus fallos, también no se creía lo que había hecho; imitar a Graham le era algo que le comenzaba a dar repugnancia. Pensar en que tomó la forma de alguien como él le daba cierta molestia. Pero lo había hecho para que ella dejase de llorar, aunque fuera por dos horas, eso le bastaría...

Coraline poco después salió del baño y se metió a su habitación. El licano estaba en la cocina acomodando unas cosas. Pronto entró la chica a la cocina, pasó a un lado de Jaque mientras este ahora estaba sentado frente a la mesa mirando el centro de ésta perdido. Coraline tomó lo necesario para preparar un refrigerio rápido.

-Jaque, ¿Quieres un sándwich?- preguntó esa voz computarizada, pero no recibió respuesta, así que volvió a preguntar - ¿Quieres un Sándwich?

-No me molestes...- respondió éste molesto.

Coraline solo soltó un suspiro largo mientras tomó su lector en manos nuevamente.

-Sólo te he preguntado si querías comer un Sándwich.- añadió para después girarse nuevamente y comenzar a preparar el suyo.

-No quiero ¿Contenta? Ahora deja de molestarme. - el azabache se cruzó de brazos y subió los pies a la mesa.

Coraline le miró un tanto disgustada por lo que hacía, pero no hizo comentario alguno y volvió a lo suyo. Hoy no quería iniciar una discusión y terminar de nuevo entre garras y pared.

-Vete a otro lugar, me molesta tu olor.- añadió el licano fastidiado. La castaña le ignoró, aguantándose las ganas de decirle algo. A veces le alegraba ser muda, pues si pudiera hablar cuando estaba enojada; diría hasta de lo que se podrían morir. - ¿No escuchaste?, largo de aquí.- Coraline siguió ignorándolo. -Mujer inútil. No sirves para nada, ni siquiera para obedecer. - La chica estaba ya perdiendo la paciencia.

Sabía que no debía hacer nada contra Caín, pues sabía de lo que era capaz, pero ya era más su enojo que su miedo.

-Lárgate, no lo volveré a repetir. - amenazó.

-Cállate de una vez, ¿crees que para mí no es molesto que "Tú" estés aquí? - escribió Coraline después de que tomara en manos su lector. -Eres molesto, Ególatra, egocéntrico, ¿Alguna vez has pensado en alguien más que no sea por ti? "tú" eres al único al que no veo función alguna en este lugar. - añadió.

El licano miró a la chica que empezaba a comprender un poco lo que acababa de hacer mientras soltaba el lector. Este le sonrió retador, burlándose de que la voz computarizada quitaba efecto alguno de lo dicho. Tomó el pequeño pastel que había en el centro de la mesa y lo dejó caer al suelo. La chica siguió al pastel con los ojos, el cómo estaba desecho sobre el piso y como éste lo pisaba. Ella, molesta, no pudo contener el ir y darle una bofetada. Caín se levantó de golpe sujetando a Coraline del brazo, acorralándola contra la pared. Bien, lo que la castaña quería evitar ahora estaba pasando.

-Vaya, vaya, la gatita se reveló. - dijo con voz burlona y ronca. -Quizás no seas tan inútil y sirvas para algo, por ejemplo, para complacerme un rato- pasó su otra mano sobre la cadera de Coraline. La chica le miraba fijamente con una mirada también desafiante, con cierto odio. - ¿Qué? ¿Te crees superior? Recuerda que yo, cuando quiera, puedo hacer lo que se me plazca. - añadió burlón. - ¿Qué? ¿No dirás nada en tu defensa? ¿No puedes hablar? -se burló con ese tono de voz tan antipático. Siguió mirándole y él leyó sobre los labios de ella un "te odio" gesticulado con tanto resentimiento.

Protegerla de mí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora