Protegerla de mí...

#10 Parte

NOTA: ÉSTE CAPITULO CONTIENE UNA ESCENA SUBIDA DE TONO. (No explicita) TENGAN DISCRECIÓN Y A LOS(LAS) LECTORES(AS) MENORES LES DIGO QUE ESTÁ BAJO SU DECISIÓN. 
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A la mañana siguiente Caín se despertó y decidió por salir de la habitación. Encontró un poco de dinero en un cajón y salió a conseguir algo que pudiera comer, pues ni se atrevía a abrir el refrigerador por el insoportable hedor que desprendía al abrir la puerta.

   Regresó a la casa y preparó algo parecido a una sopa, en realidad sólo había puesto algunas frutas que consiguió al agua en la estufa para que soltasen su jugo. Se comió la pulpa de las frutas y vertió el jugo en un vaso, esperó hasta que enfriara y lo llevó hasta el cuarto de Coraline. Lo dejó sobre el buró e intentó despertarla pero parecía que dormía profundamente. Cuándo logró que abriera los ojos y sentarla, ella sólo miraba a la nada. Siquiera pareciera se había percatado de quien era el que se encontraba a su lado. La chica creía que era otra cruel ilusión que su mente le jugaba.

     El licano tomó una cuchara e intentó que Coraline tomara el jugo, pero se le escurría por los labios y la castaña no hacía algo más que mirar a la nada. Él tomó un sorbo al vaso y se acercó a ella, le sujetó el rostro, acercando sus labios  le dio a beber lo que él tenía en su boca y Coraline lo bebió sin oponerse. Caín repitió el proceso hasta que no hubo más jugo en el vaso y se levantó para ir a la cocina a conseguir algo más para darle de comer. Encontró un poco del jugo que había sobrado y lo vertió sobre el vaso que se llenó hasta la mitad y volvió con ella, repitió nuevamente el proceso; sorber el jugo, retenerlo en su boca y dárselo a beber. La chica sólo lo bebía sin hacer siquiera hacer movimiento alguno, creyendo que Caín era una ilusión y que en realidad era Graham quien estaba ahora con ella.

 Al terminar el jugo, la castaña volvió a bajar su cabeza hasta reposarla sobre sus brazos y rodillas, acurrucada en la esquina contra la cama y la pared y se perdía en pensamientos que pronto eran olvidados.

     El licano la tomó en brazos y ella no se inmutó en lo más mínimo, la llevó a la otra habitación y entró al baño, puso a llenar la bañera y la sumergió en el agua. Comenzó a tallarle con la esponja y el jabón para quitarle el aroma de Graham de encima, pues le daba nauseas, y luego lavó su cabello que estaba también impregnado de aquel aroma que le resultaba asqueroso. Coraline seguía sin hacer movimientos, parecía un títere al que habían cortado sus cuerdas y dejado sentado en una esquina.

     Al terminar, la envolvió en una toalla y la llevó a su habitación para ponerle encima una camiseta y un short. Y ella súbitamente volvió a acurrucarse contra la esquina y juntaba sus manos, como si aun sintiera que las tenía atadas, mirando las sabanas sin interés. Realmente se había perdido el brillo en sus ojos. Sólo tenían esa manta fina y obscura cubriéndolos, evitándole ver la realidad que ahora estaba a su alrededor.

     Para ella, todo lo que estaba pasando, era una alucinación desesperada de que Jaque y Caín estuvieran a su lado pero que en realidad sólo era Graham y su mente había distorsionado su figura para complacer esa fantasía.

    Caín se levantó para irse de aquel lugar, no quería seguir viendo a ese títere desechado en que ella se había convertido...

–Jaque... Caín...– Gimió Coraline, éste se detuvo y volvió a su lado. Pero ella seguía perdida mirando a la nada, abrazando sus rodillas – ¿Por qué....¿ Por qué me has dejado?– murmuró cerrando sus manos con la poca fuerza que tenia mientras de sus ojos comenzaron a correr lagrimas. Caín se acercó a ella y le limpio las lágrimas. –Yo... Yo sólo...