#4 Parte

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Llegó la tarde y ya habían terminado todas las cintas de la cámara de video, solo quedaban los CD'S, Coraline tomaba las cajas que los contenían y leía los títulos, eran bastantes como para verlos todos esa sola noche. Pues se había hecho tarde, pasaban de las 10:00pm y a Coraline comenzaban a pesarle los ojos. Además de que había dejado correr suficientes lagrimas silenciosa por todos aquellos recuerdos que le produjeron los vídeos. Aquellos que no había visto hasta antes de aquel accidente.

–Jaque– escribió ella sobre su lector. –Tengo sueño, ¿no quieres ir a dormir también? – preguntó.

–No... quiero ver los videos... ¿puedo? – respondió. Coraline le respondió que sí y le mostró como poner los CD'S en la computadora.

Poco después se encerró en su habitación mientras Jaque se quedó en la sala mirando aquellos vídeos.

  Llegaron las 5 de la mañana y Coraline se despertó porque su garganta estaba demasiado seca. Decidió a ir por un poco de agua a la cocina. Al salir de su habitación notó que estaba el televisor prendido, a ella le extrañó un poco. Se dirigió a la sala para ver si Jaque aún estaba despierto, pero para su sorpresa, se había quedado dormido frente al portátil el cual aún reproducía uno de los vídeos.

    Se percató que sólo corría el mismo video una y otra vez, uno donde Coraline estaba hablando a la cámara contando lo que había sucedido hasta entonces, donde su padre estaba grabando un documental sobre ella. Y donde canta un fragmento de su canción favorita. Coraline se quedó mirando a Jaque que dormía recargado sobre la mesita con la portátil abierta reproduciendo el video tanto en la pantalla de ésta y de la tv.  Se sonrió a sí misma. Después fue a la cocina y tomó un poco de agua. Volvió con Jaque y le movió suavemente para que despertara y fuera a dormir, o que tan siquiera se subiera al sofá, él entre despierto y dormido se levantó y recostó en el sofá. Coraline se iba a devolver a su habitación cuando pateó por accidente una montaña de discos que había sobre el suelo que estaban apiladas, se agachó a recogerles y se percató que entre esos discos estaba uno que alguna vez Graham le había dado, contenía un vídeo hecho de fotos de ellos, junto con algunos escritos que le había hecho ella a él. Coraline se sorprendió al ver el CD, pues creía que se había deshecho de él, y al parecer, Jaque también lo había visto. Terminó de recoger todo y acomodarlos en la caja, dividiéndolos de los que Jaque todavía no veía.

  Se volvió a donde estaba Jaque dormido, le volvió a mover para que esta vez se fuera a su habitación. Éste medio moribundo y se fue a la habitación apoyado en Coraline, quien le ayudó a recostarse sobre la cama y le cubrió. La chica pensó en lo que había ocurrido en el pasado en el que estaba con Graham, a decir verdad, extrañaba esos recuerdos, pero el saber que fue con su mejor amiga con quien le engañó le era más doloroso de recordar que desear de nuevo esos momentos de falsa felicidad.

Sentada a la esquina de la cama mientras pensaba en todo aquello comenzó a dejar rodar lágrimas silenciosas por sus mejillas, al percatarse, rápido se las limpió y se decidió por irse de una vez de aquel cuarto que tantos recuerdos le traía de sus padres. Pero su inercia fue detenida, volteó a ver a Jaque, quien la jaló de la mano provocando que cayera a la cama sobre su pecho. Coraline se asustó y creyó que el licano despertaría por el golpe, pero en contrario, él le abrazó contra su pecho y la acurrucó junto a su cuerpo.

  Coraline intentó levantarse pero no le era permitido por los brazos que la rodeaban con cierta fuerza pero con cuidado y delicadeza. Pronto encontró la forma de girarse. Intentando escabullirse con sigilo de entre los brazos de aquel lobato que seguían reteniéndole. De pronto lo escuchó decir "No me dejes..." con una voz tan perdida, adormilada y triste. Ella volteó a ver a Jaque quien estaba dormido, pero su expresión mostraba tanta tristeza que Coraline no pudo evitar sentirse igual. Dejó de hacer fuerza por escapar de entre esas cadenas que la retenían para quedarse allí acompañándole en su soledad.

Protegerla de mí...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora