Capítulo 6- Un teatrito sobrepasado

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No me sorprenden las palabras de la morena frente a mí

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No me sorprenden las palabras de la morena frente a mí. He escuchado peores cosas. Pero sí me sorprende que esta chica no tiene escrúpulos. Es directa, sabe lo que quiere; el tipo de chica que me gusta y que con gusto haría lo que me pide.

—¿Cuántos años tienes? —le pregunto. Tampoco me voy a meter con una niña que ni siquiera sabe bañarse bien; no soy un sinvergüenza.

—Quince —responde sin más.

¿Y con quince ya está pensando en sexo? Ella está viendo muchas películas y de seguro porno exagerado. Debe de ser virgen todavía.

—Escucha, linda. Eres muy chica para mí; eres una niña aún. Dale tu virginidad a un chico que te quiera de verdad. No a uno que te quiera para una noche y te bote al día siguiente —le digo con toda la sinceridad que puedo acumular.

La rodeo y sigo mi camino. Spencer me sigue el paso en cuanto entro al instituto.

—Eso fue dulce —dice y sé que escuchó la conversación entre la morena y yo—. ¿Desde cuándo eres así?

—Buenos días, Spencer —digo.

—Ya me tienes harto con tus buenos días. Sabes que es de día, no tengo por qué decírtelo.

—Ya te he dicho que es de buena educación.

—¿Y qué?

—Olvídalo —murmuro rodando los ojos.

—¿Qué hay para hoy?

—¿Has visto a Kriztyn? —pregunto llegando hasta mi casillero.

—Está con Alex —dice mi rubio amigo.

—¿A dónde fueron?

—Los vi entrar a la biblioteca.

Asiento y abro mi casillero. Saco mis cosas y verifico mi celular por la hora. Quedan sólo diez minutos restantes. Me despido de mi amigo y camino hasta la biblioteca. Busco a Kriztyn con la mirada y la diviso sentada en uno de los sofás de la sección de lectura junto a Alex. Él tiene un brazo alrededor de sus hombros y ríe entre dientes como un borracho.

Sutilmente me acerco, pretendiendo buscar un libro. Tomo uno del estante cercano a ellos, sin molestarme a verificar el título del mismo.

—Oye. Eres Bryan, ¿cierto? —pregunta Alex. Me volteo hacia ellos.

—Sí, soy yo. Alex, ¿verdad? —le digo.

—El mismo —responde con una sonrisa.

—¿Lo conoces? —le pregunta Kriztyn al ojos miel.

—Todos hablan de él. Los chicos quedaron fascinados con el gol que metió en las pruebas el miércoles.

—No veo esa fascinación —murmura la castaña.

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