Capítulo 60- Un fantasma del pasado

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Apuesto a que luzco como si hubiera visto un fantasma

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Apuesto a que luzco como si hubiera visto un fantasma. Ciertamente sí, he visto a alguien que pensé que había enterrado hondo hace muchos años. Mi mente es invadida por recuerdos dolorosos, de noches que pasé llorando, maldiciendo y odiando. Esto en serio no está sucediendo, no hoy ni nunca.

—Mamá, contéstame —demando, desviando mi mirada del hombre.

Ella no me mira a los ojos, en cambio mira sus manos nerviosamente.

—Yo... Escucha, cariño... —ella comienza a decir.

—Bryan, yo puedo... —el hombre habla. Un escalofrío me recorre el cuerpo al escuchar su voz. Giro la cabeza bruscamente hacia él.

—¡Tú cierra la maldita boca! ¡No te estoy hablando a ti! —alzo mi voz. Esas palabras han aparecido de la nada, algo poderoso se ha apoderado de mí. Es un frío, oscuro y terrible pecado capital. Odio mezclado con resentimiento y enojo es una combinación letal.

No soporto mirarlo. No ha envejecido ni un poco, aunque un par de arrugas han hecho su aparición en su rostro; aún puedo ver muy bien el parecido y lo odio. El mismo cabello negro, esos ojos carismáticos, la misma complexión... No puedo creer que mi padre —indigno de ese título— ha vuelto luego de todos estos años. Me importa un carajo el porqué está de vuelta. No lo necesito en mi vida a este punto, fácilmente puede regresar al agujero del que salió.

—Mi cielo...

—Nada de mi cielo —le espeto, retractando la manera en la que le estoy hablando—. ¿Por qué carajo lo has traído de vuelta a nuestras vidas? ¿Ya se te olvidó cómo nos abandonó? ¿Del dolor que nos causó?

—Claro que no. Solo escucha, tu padre quiere hablar contigo —dice ella, tocando mi brazo, pero me rehuso.

—¡Puede hablarle al jodido aire por lo que me interesa! ¡Y no es mi padre!

—¡Bryan! No hables así.

—Está bien, Janette. Él tiene derecho a estar molesto —dice Blake.

—Solo mantén la boca cerrada. ¿Es tan difícil?

Estoy intentando controlarme, pero en este momento es una causa perdida.

—¿Cómo pudiste hacerme esto, mamá? Por esto estabas actuando tan raro, porque lo estabas cubriendo.

—No es así...

—Pues, adelante, ilumíname. Miénteme en mi estúpida cara sobre cómo apareció mágicamente y tú no te diste cuenta.

Ella se queda en silencio y me duele. ¿Cómo pudo ocultarme esto? ¿Por cuánto tiempo lo ha sabido? Ella siempre ha sido honesta conmigo, ¿por qué ocultar esta importante pesadilla?

Me le quedo viendo incrédulo y meneo la cabeza, no la reconozco. Me giro sobre mis talones para largarme de este infierno.

—¿A dónde vas? —ella me sigue y él también.

Atracción IlícitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora