Capítulo 32- En sus caras, perros

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Dedicado a AnaIsabelSilvaSilva, saimahli, ItsBetzandryE y a Francis_Castillo. Qué lo disfruten, amores.

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Estoy nervioso

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Estoy nervioso. Lo sé, qué locura. Así no soy yo, pero lo estoy.

Me he puesto mi abrigo negro, peinado mi cabello con gel fijador a la perfección de modo que ningún mechón cae sobre mi frente y ya comienza a molestarme el labio inferior de tanto que lo he mordido.

Toco el timbre de la casa de Kriztyn. Espero que su padre no conteste él mismo, porque aún no estoy listo para enfrentarlo y tener esa charla. Sin embargo, es Flynn quien abre la puerta. Casi suspiro de alivio, pero me contengo. Me sonríe al reconocerme.

—Buenos días, joven Doolittle —saluda.

—Buenos días, Flynn. Puedes llamarme Bryan. Vengo a recoger a Kriztyn para la escuela —digo y él asiente, entrando de vuelta a la casa.

Después de varios minutos, los cuales parecen eternos, mi hermosa castaña aparece. Su cabello está suelto y liso. Lleva una blusa negra que se ajusta a su cuerpo, pantalones vaqueros de color azul marino y zapatillas blancas y negras. Luce sencilla, pero eso no le quita lo hermosa.

—Hola —me saluda con un movimiento de mano.

—¿Hola? ¿Qué clase de saludo es ese? —pregunto y ella no sabe qué decir. Doy un paso hacia ella, deslizo mi brazo alrededor de su cintura y la atraigo hacia mí—. A tu novio se le saluda así.

Mis labios se encuentran con los suyos, uniéndose en un intensificado beso. Muerdo su labio inferior, ganándome un leve gemido por parte de ella. Inesperadamente ella también me muerde el mío. Me separo de ella, dando cortos besos en sus labios. No habrá nadie que pueda detenerme si continuamos.

—Ahora vayamos a la escuela, porque vamos a llegar tarde —digo. Ella se queda boquiabierta y luego niega con la cabeza.

Le abro la puerta del copiloto, subo a mi asiento y nos ponemos en marcha hacia la escuela. Dejo que ella escoja la música. En cuanto llegamos, estaciono el auto y me giro hacia ella.

—¿Lista? —pregunto y ella asiente.

Salgo del auto y un grupo de chicas se arremolinan alrededor de mi auto, pero las ignoro y abro la puerta para Kriztyn. En cuanto se baja, la tomo de la mano y nos hacemos paso entre las chicas boquiabiertas.

—Todos nos miran —murmura Kriztyn.

—Eso parece. ¿Posamos para que tomen fotos? —sugiero y ella se ríe mientras golpea mi pecho juguetonamente.

Atracción IlícitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora