Bryan Doolittle está de vuelta en Carolina del Norte, listo para empezar desde cero. En su primer día de clases se topa con una chica que lo detesta con tan solo verlo, lo que lo toma desprevenido, pues siempre ha tenido popularidad con las mujeres...
Dedicado a Shirmg04 por haber sido la primera en responder la pregunta. Qué lo disfrutes.
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La semana se va volando y lo siguiente que sé es que es sábado, lo que significa que es la fiesta en casa de Alex. El moreno había dicho que debíamos estar en su casa a las doce del mediodía. Paso toda la mañana buscando lo que me llevaré y cerca de las 11:20 am conduzco hasta la casa de Mara, ya que le comenté a mi amiga y estuvo entusiasmada de ir a la fiesta.
Me bajo del auto, toco la puerta y espero a que conteste. Mara aparece con una mochila al hombro y me saluda. Subimos al auto y lo pongo en marcha hacia la casa de Alex.
—Estoy muy feliz de que accedieras a venir conmigo. ¿Qué le dijiste a Rodrik? —le pregunto.
—No hay problema, Bryan. Hace mucho que no pasamos tiempo juntos. Le dije la verdad. Estuvo furioso al principio, pero luego se calmó al decirle que habrían más personas. De hecho, estoy enojada con él. Está siendo ridículo; él sabe que tú y yo somos amigos. No tiene nada de malo —dice y yo asiento, dándole a entender que comprendo la situación.
—No sé porqué sigues con él. Es un idiota. Quiero decir, un novio que no te deja tener y salir con amigos chicos no te merece.
—Lo sé, pero nos queremos y solo es así contigo.
—De acuerdo. Está bien que lo defiendas, pero solo te estoy dando mi punto de vista —digo.
—Y lo aprecio mucho, Bry —contesta y me da un beso en la mejilla al detenernos en una luz roja.
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La casa de Alex es de dos pisos, con un patio delantero extenso, decorado con rosales y un árbol de flamboyán amarillo. Aparco junto a los demás autos que están frente a la casa, nos bajamos y yo toco el timbre de la casa.
—Hola, Bryan —me saluda Alex al abrir la puerta.
—Hola, Alex. Ella es mi amiga Mara —la presento y ella lo saluda.
—Creo haberte visto antes —dice y luego se encoje de hombros, restándole importancia—. Pasen, los demás están en el jardín trasero.
Mara y yo seguimos a Alex hacia el patio trasero. En el lado izquierdo hay un pequeño almacén y la barbacoa; en el centro está la piscina con varias sillas frente a la misma; a la derecha está una pequeña sala de juegos con una mesa de billar, una barra y una puerta de madera que tal vez sea el baño. También, rodeando la piscina hay unos arbustos.
Todos están sentados en una mesa en la sala de juegos. En cuanto Kriztyn y Debbie nos ven, se levantan de sus asientos rápidamente y abrazan a Mara. Frunzo el ceño, confundido. ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué la abrazan?
—Qué bueno verte. Lamento no haberte invitado. Se me olvidó —le dice Kriztyn, apenada.
—No hay problema. Bryan me invitó —responde mi pelinegra amiga.
