Bryan Doolittle está de vuelta en Carolina del Norte, listo para empezar desde cero. En su primer día de clases se topa con una chica que lo detesta con tan solo verlo, lo que lo toma desprevenido, pues siempre ha tenido popularidad con las mujeres...
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Salgo del salón de psicología y camino hacia los casilleros para buscar mi chaqueta. Hoy es viernes y estoy loca por llegar a mi casa, y darme un buen baño con agua caliente.
—Hola, Kriztyn —dice una voz detrás de mí y yo pego un brinco.
Me giro y veo a Ben. Lanza una carcajada y se pasa una mano por la nuca.
—Lo siento. No quise asustarte —se disculpa.
—Está bien. No te preocupes —le digo, sacando mi chaqueta de mi casillero.
—Quería preguntarte algo —dice.
—Claro. Dime.
—El domingo iré a una pista de patinaje y se suponía que mi hermana iría conmigo, pero se enfermó. Así que me preguntaba si tú... Ya sabes, si quisieras ir conmigo.
Alto. ¿Acaso es esto lo que yo creo que es? ¿Acaso Ben Malik me está invitando a salir? ¿O es que he muerto y estoy en el cielo?
Oh. Dios. Mío.
—Claro que si no puedes está bien —dice rápidamente.
—No, no. Sí puedo; me encantaría, Ben —acepto sin dudarlo. Vamos, he estado esperando mucho por este momento.
—Perfecto. Te pasaré a buscar a la una, ¿te parece bien?
—Por supuesto —sonrío.
—Muy bien. Nos vemos, Kriztyn —se despide, dándome un suave beso en la mejilla que me hace sonrojar.
Una vez que se va emito un gritito emocionado. Oh por Dios. Ben Malik acaba de invitarme a salir y yo no lo puedo creer. Quiero decir, Ben, el chico más popular, guapo, atractivo y amable del instituto.
Cupido, empieza a tirar corazones y flechas de amor. Es tu momento.
Tonta Kriztyn. Aterriza ya. Solo eres la segunda opción, me reprocha Cupido.
Bueno, es cierto, ¿y qué? Me da igual.
Mientras camino hacia mi auto pienso en por qué Bryan no puede ser como el pelirrojo. Bryan es un egocéntrico, muy seguro de sí y piensa que todo el mundo hará lo que él dice. Eso sin añadir que es un mujeriego.
Pero te gusta.
Calla, estúpida conciencia.
Una pequeña parte de mí se siente culpable por haber aceptado salir con Ben. A pesar de que Bryan y yo solo hemos compartido un par de besos, bueno, bastantes besos en realidad, hemos salido y realmente nos llevamos bien cuando no estamos peleando, no puedo evitar pensar en cómo se sentirá en cuanto se entere. Por otro lado, no me importa. Claro, él me gusta, y mucho, y él dijo que sentía lo mismo, sin embargo, no puedo creerle. Me niego a hacerlo; él no es para mí. No estamos destinados a estar juntos.
