Capítulo 57- Una decisión complicada

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La universidad es de lo que todo el mundo quiere hablar

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La universidad es de lo que todo el mundo quiere hablar. Todos están estresados y ansiosos por recibir sus cartas de admisión. Honestamente, todo esto me está estresando a mí también y no en la manera que cualquier persona pensaría. Ya llené para la Universidad de Carolina del Norte en administración de empresas, pero no quiero que Kriztyn lo sepa, porque me dará un discurso de cómo tengo que seguir mis sueños o me arrepentiré por siempre. Me siento terrible por mentirle, pero es mejor que ella crea que no he solicitado a ninguna universidad y que no sé qué estudiar en lugar de tener que escuchar su optimismo y me dé esperanzas de algo que no será.

Ya me he decidido y nada puede hacerme cambiar de opinión. No puedo desperdiciar mi vida por algo que no me proveerá un futuro seguro. Además, ¿cuáles son las probabilidades de que vaya a Nueva York y que un productor musical me ofrezca un contrato? Cero. Es una pérdida de tiempo. Tener un bachillerato en negocios puede abrirme puertas, así puedo ser exitoso y darle a mi familia la vida que se merecen.

Estaré estancado aquí durante toda mi vida universitaria, pero al menos no estaré solo. Spencer también llenó para UCN, así que me alegro de tenerlo a mi lado en esta nueva etapa de nuestras vidas. Eso es otra cosa, la gente está sentimental, puesto que asistirán a diferentes colegios en otoño. Incluso algunas parejas han terminado por esa razón. Aunque soy bueno para ocultarlo, en realidad estoy preocupado por Kriztyn y yo. Ella es increíblemente hermosa, sexy y muy inteligente; temo que algún chico nerd, atractivo e inteligente intente hacer un movimiento y me la robe con su discurso Shakesperiano. Sé bien que eso es poco probable que suceda, porque Kriztyn nunca lo permitiría, sin embargo, incluso la chica más ruda y lista cae por el chico que la trata bien y no es un idiota.

Estamos libres en los 30 minutos restantes de clase, puesto que el señor Newman tiene algo importante que atender. Tampoco tengo matemáticas, por lo tanto decido escapar por un rato al salón de música. No debería estar tocando el piano, ya que me recuerda la estúpida decisión que he tomado, pero es la única cosa que me tranquiliza y me hace sentir mejor. Toco una canción vívida, olvidando todo lo demás a mi alrededor. Como siempre pasa cada vez que toco, no registro cuando mi novia entra al aula.

—Sabía que te encontraría aquí —dice, acercándose al instrumento.

—¿No se suponía que estuvieras en la biblioteca? —pregunto.

—Sí, pero ya hice lo que tenía que hacer ahí, así que decidí venir a verte. Espero que esté bien.

—Claro que sí. Me encanta pasar tiempo contigo —le hago saber. Ella se acerca y se coloca entre mis piernas.

—A mí también —sonríe—. Hemos estado pasando mucho tiempo juntos y no quiero que sientas que te asfixio.

—¿Qué? Para nada —Me levanto y pongo mi mano sobre su mejilla—. Estamos juntos otra vez y no deseo desperdiciar ni un solo segundo. No hay forma de que me canse de ti.

Atracción IlícitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora