Lo primero que encuentro al abrir mi casillero es un pequeño ramo de rosas azules y un peluche de Stitch. Automáticamente sé de quién son, pero de todos modos abro la tarjeta y leo el mensaje.
Sé que esto es un poco irónico, pero quise hacerlo igualmente. Espero que las disfrutes y, por favor, no las tires a la basura.
Con amor, Bryan.
Huelo las rosas y sonrío como una tonta. ¿Se puede morir de felicidad? Porque si sí, entonces estoy en el paraíso.
—Oooh. ¿Quién es el admirador? —pregunta Sofía, deteniéndose a mi lado.
—Bryan. ¿Acaso no es hermoso? —contesto abrazando el peluche y mordiendo mi labio.
—Guácala. Aún no puedo creer que estés de vuelta con él.
—Ni yo —suspiro como una total boba enamorada.
—Tierra llamando a Kriztyn. Baja de esa nube melosa —dice Sofía, chasqueando sus dedos frente a mi cara.
—¡Ay! ¿Qué? Déjame ser feliz —le digo un poco fastidiada.
—Puedes ser feliz, pero ¿tiene que ser precisamente con ese idiota?
—Basta, Sofía. No lo insultes. ¿Qué te pasa? Últimamente estás insoportable.
Ella suspira y recuesta su espalda contra los casilleros. Su actitud no es solamente por Bryan, hay algo más que la tiene mal.
—Sean y yo discutimos, por diferencias —revela, jugando con sus manos—. No es nada serio, eso creo.
No la presionaré por detalles, es decir, no espero que me cuente cada cosa que sucede entre ellos, así que me conformo con lo poco que me cuenta.
—¿Por qué no me dijiste antes?
—No lo sé. Has estado ocupada con esto de las universidades, el comité de la fiesta de graduación, Bryan... No quería añadir más con mis problemas —dice, encogiéndose de hombros.
—Tonta. Somos amigas, estoy aquí para ti —le recuerdo y ella sonríe levemente—. ¿Has hablado con él?
Ella menea la cabeza.
—No. Lo cierto es que creo que nuestra relación ya no da para más —confiesa y yo me sorprendo. ¿Cómo? Si ella está loca por él.
—No digas eso. Tú lo amas, ¿no es así?
—Claro —asiente.
—Entonces hablen, sean honestos el uno con el otro. La comunicación es la llave —le aconsejo.
—Tienes razón. Lo haré —indica y luego me abraza—. ¿Te he dicho que te quiero?
—No lo dices muy a menudo, así que comenzaba a dudar —bromeo y ella ríe, abrazándome con más fuerza.
ESTÁS LEYENDO
Atracción Ilícita
Novela JuvenilBryan Doolittle está de vuelta en Carolina del Norte, listo para empezar desde cero. En su primer día de clases se topa con una chica que lo detesta con tan solo verlo, lo que lo toma desprevenido, pues siempre ha tenido popularidad con las mujeres...