Bryan Doolittle está de vuelta en Carolina del Norte, listo para empezar desde cero. En su primer día de clases se topa con una chica que lo detesta con tan solo verlo, lo que lo toma desprevenido, pues siempre ha tenido popularidad con las mujeres...
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Cuando Alex dijo "hasta luego" nunca pensé que estaría en mi casa diez minutos después de la llamada. Mi cara de asombro es épica al verlo en la puerta de mi casa con Sofi, Sean y Michael.
—¿Qué haces aquí? —pregunto con los brazos cruzados.
—Venimos a ver Teen Wolf —dice entrando a la casa.
—No. Yo voy a ver Teen Wolf —digo cerrando la puerta después que todos han entrado.
—De vez en cuando hay que compartir la televisión, corazón —se acomoda en el sofá y sube los pies al banquito—. ¿Me traes una bolsa de papitas? Gracias.
—Primero, quita tus pies de mi banquito. Segundo, no soy sirvienta de nadie. Tercero, busca tu propia comida.
—Ay, no seas aburrida.
—¿Esto qué es? ¿Hicieron fiesta y no me dijeron? —dice mi padre apareciendo en la sala otra vez.
—Hola, Gregory. Pues, lo que pasa es que Kriztyn no quiere ser una buena anfitriona —se queja Alex y yo le saco la lengua. Papá se ríe y saluda a cada uno de mis amigos.
—Cariño, tengo algo que decirte —me dice, pero entonces vuelve a sonar el timbre y yo abro la puerta.
Leslie e Irvin esperan afuera. Rápidamente Leslie me atrae en un abrazo de oso. Mi primo es tan cariñoso que a veces es como un saco lleno de azúcar; tiene suficiente para todo el mundo. Me suelta y entra sin pedir permiso. Irvin solo me da un beso en la mejilla.
—¡Alex! Tanto tiempo —exclama Les abalanzándose sobre él. Alex lo empuja, fingiendo molestia.
—Me tenías abandonado. Ya no quiero nada contigo —dice mi amigo.
Sigo a papá a la cocina y él cierra la puerta.
—Quiero decirte que hoy a las seis Bryan y su familia vendrán a cenar. Ya te había dicho sobre esto, pero sabes que no se pudo la última vez —dice y yo quiero morirme.
—Ay, papá. ¿Por qué tenemos que invitar a ese idiota? —me quejo molesta.
—No le digas así —me regaña—. Es por varias razones. Uno, su madre me cae bien. Dos, Bryan parece un buen chico. Tres, tú y él podrían ser buenos amigos.
—Pero...
—No he terminado. Cuatro, es nuevo en el vecindario y tenemos que ser amables.
—¡Pero no lo es! Bryan no es un buen chico, es un idiota y jamás seremos amigos —digo exasperada.
—Ya basta, Kriztyn. Vendrán te guste o no. Y quiero que te comportes. Fin del tema.
~*~
Grito desesperada cubriendo mi rostro con mi almohada.
Estoy en mi cuarto con Sofía mientras los chicos están abajo jugando videojuegos. Ya le he contado sobre la cena de hoy. Tengo que soportarlo durante toda la cena y resistir la tentación de hacer frappé con él. ¡Maldición!
