Bryan Doolittle está de vuelta en Carolina del Norte, listo para empezar desde cero. En su primer día de clases se topa con una chica que lo detesta con tan solo verlo, lo que lo toma desprevenido, pues siempre ha tenido popularidad con las mujeres...
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—¿Ahora qué? —pregunto luego de que la película acaba.
Apago el televisor y apoyo mi codo contra el espaldar del sofá. Kriztyn se encoge de hombros y sube las piernas al sofá, cruzándolas.
—No lo sé. ¿Qué quieres hacer?
—Por primera vez en mi vida no tengo idea. Podría hacerte cosquillas —sugiero, dando con mi dedo en su costado.
—¡No! —responde inmediatamente. Suelto una risita.
—Era una sugerencia. ¿Sabes algo? —digo, acercándome un poco a ella—. Pienso que lo estamos llevando bien. Quiero decir, no hemos peleado o discutido.
—Aún —sonríe—. Pero tienes razón. Me encanta cuando estamos así —dice, acurrucando su cabeza en mi pecho y desliza un brazo alrededor de mi cintura.
—Concuerdo contigo —pongo mi brazo alrededor de su espalda y beso su cabello—. Es menos estresante.
Ella murmura contra mi pecho y nos quedamos en silencio por un momento. Luego, alza la cabeza y me mira.
—Olvidé decirte algo. Cuando llegué a casa ayer, papá me vio muy sonriente. Sabía que si no le decía, no podría dormir. Aparte de Sofía no tengo a nadie más con quién hablar y papá sabe de estas cosas —dice entrelazando sus manos.
—¿Y le dijiste? —pregunto. Ella asiente—. ¿Cuál fue su reacción al saber que soy yo?
—Oh no. No le mencioné el nombre, pero me dijo que quiere conocer al chico.
Me rasco la nuca con nerviosismo. Voy a conocer a mi suegro, por Dios. Aunque ya lo conozco, pero no formalmente.
—Bueno... ¿Cuándo entonces? —pregunto.
—Cuando tú quieras —dice peinando mi cabello con sus dedos.
—Supongo que mañana.
Kriztyn asiente y nos besamos un poco más. Luego, mamá llega y nos atrapa en el acto. Es vergonzoso, no solo porque nos vio besándonos sino porque se sienta en el sofá y empieza a atacar a Kriztyn con preguntas. Mas no son muchas, ya que la interrumpo diciendo que la tengo que llevar a su casa.
Mi madre puede ser tan intensa y loca algunas veces.
***
Hace mucho frío esta mañana y mi cama está tan buena que no quiero salirme de su comodidad. Pero claro, mi retardado amigo rubio tiene que ser el primero en sacarme de la cama. Puesto que mi celular suena como loco en algún lugar de la habitación, tengo que levantarme para buscarlo. Suena cinco veces cuando al fin lo encuentro en el bolsillo delantero de mi pantalón en la cesta de ropa sucia.
