El pelinegro asiente y baja la cabeza ligeramente. El profesor continúa la clase y Bryan vuelve a alzar la vista hacia mí. Le doy una sonrisa de suficiencia. Por el resto de la clase todo está tranquilo, excepto con el idiota a mi lado maldiciendo por lo bajo. El señor Newman hace un par de preguntas, pero como todos están perdidos yo las contesto.
—Nerd —murmura el idiota para hacerme enojar, pero lo ignoro.
—¿Alguien me puede decir en qué año Abraham Lincoln firmó la Proclamación de emancipación? —pregunta el profesor y yo alzo mi mano—. Sé que usted lo sabe, señorita. Pero quiero saber si el resto de sus compañeros sabe siquiera en qué año estamos —me dice, pero nadie alza la mano—. Doolittle, ¿sabe usted?
—Este... ¿La fecha? —pregunta él, jugando con una goma elástica entre sus dedos. El profesor asiente, pero Bryan se queda en blanco. Rodeo los ojos y suspiro.
—22 de septiembre de 1862 —contesto.
—Correcto. Gracias, Kriztyn.
Sonrío. Esa pregunta es tan fácil. ¿Cómo es posible que no la sepa?
La clase termina y salgo del aula para ir a mi siguiente clase. Pero no llego muy lejos, ya que alguien toma mi brazo, haciéndome girar hacia esa persona.
¿Es que acaso no se cansa?
—¿Qué te pasa? Me humillaste frente a toda la clase —me recrimina.
—No es mi culpa que tengas el cerebro del tamaño de un maní y no sepas nada.
—Óyeme, tal vez no estudie mucho, pero...
—Pero nada. Te humillaste tú mismo por no saber la respuesta —lo interrumpo.
—Te crees que las sabes todas.
—Al menos no me acosté con una perra el fin de semana —digo cruzándome de brazos.
—¿Estás celosa? —pregunta sonriendo arrogantemente.
—¿De que te follaras a Carol? —me río secamente—. Por supuesto que no.
—Hmm... ¿Segurita? Porque el tono de tu voz me dice otra cosa —dice llevándose un dedo a los labios. Oh Dios mío. Esos labios... Tan besables, mojados y tentadores con ese piercing...
—No me importa lo que creas. Ahora déjame; voy a llegar tarde a mates.
Me giro sobre mis talones y continuo mi camino hacia mi clase. Pienso que se ha rendido e ido a su clase correspondiente, pero entonces siento que me dan una nalgada en mi trasero. Me giro rápidamente, enfurecida. Él sonríe maliciosamente.
—Oh, no te atreviste —digo. Esa sonrisa cautivadora e irresistible sigue bailando en sus labios.
—Lo hice. ¿Qué vas a hacer?
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Atracción Ilícita
Novela JuvenilBryan Doolittle está de vuelta en Carolina del Norte, listo para empezar desde cero. En su primer día de clases se topa con una chica que lo detesta con tan solo verlo, lo que lo toma desprevenido, pues siempre ha tenido popularidad con las mujeres...