Capítulo 28/continuación

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―Escucha, ____, no sé quién te crees que eres, pero no puedes darme órdenes como si este fuera tú territorio. ―La chica se rio y se volvió hacia mí para acariciar mi pecho―. Me gusta el pequeño chico nerd, por lo tanto, voy a hacerlo con el pequeño chico nerd.

―Oh, ¿¡qué hacer...!?

―Umm... No me gusta la perra, por lo tanto, voy a golpear a la perra.

―¡Oye, oye!

Ambas chicas dejaron de tirar respuestas, pero todavía se miraban una a la otra cuando el chico mohawk se acercó con las manos levantadas para indicar una especie de alto el fuego.

―Hay un montón de Jungkook para todas, ¿no?

Cuando me miró esperando mi respuesta, rápidamente negué un par de veces para que entendiera que era muy en serio.

―Bien entonces. ―Hizo una pausa y se volvió a su vez a la niña sentada sobre mí, ninguna emoción grabada en su rostro para mostrar su seriedad mientras asentía hacia otro lado―. Stacie, fuera de aquí.

―¡¿Por qué!? ¡Estaba aquí primero! ―Se quejó, y su voz sonó en mi oído debido a lo ruidosa que era. Mohawk puso su mano hacia arriba y su rostro mostraba claramente su molestia.

―No hagas eso. El muchacho entró aquí a buscar a ____. Ahora vete, antes de que le diga al de seguridad que te saque. No te gustaría eso ahora, ¿verdad?

Con esas últimas palabras, Stacie se bajó de mí y se alejó, aun mirando a ____.

Me sentí contento de que no era el único que le tenía miedo a ese enorme edificio allá afuera. ¿De dónde incluso lo sacaron, en serio? Un tipo grande tal como él debe ser el guardaespaldas de una estrella de cine en lugar, no de los distribuidores de drogas.

―Gracias ―dijo _____ a chico Mohawk, mientras asentía y se fue, así, para dejarnos solos.

_____ suspiró profundamente y echó la cabeza hacia atrás para enfrentar el cielo. Entonces, se mordió el labio y me miró antes de venir a sentarse cerca de mí.

―¿Qué estás haciendo aquí, conejito de peluche?

―Yo uh... ―Rasqué mi nuca―. Sólo quería asegurarme de que estabas... eh, bien.

Todo lo que hizo fue mirarme fijamente e inclinar la cabeza hacia un lado. Me puso nervioso, incluso más de lo que ya estaba, y me di cuenta de que podía ser que acababa de cometer un error al venir aquí. Después de todo, no soy su maldita niñera. Puede cuidar de sí misma. Es fuerte e independiente y sólo...

Maldita sea ―murmuré para mí mientras me levanté y la miré. No tenía ni idea de por qué he estado diciendo maldiciones un par de veces últimamente, incluso en mi cabeza, pero supongo que las cosas me estaban aturdiendo―. Mira, tal vez debería irme. Eres lo suficientemente mayor para esto, ¿no es así? Has hecho esto antes y yo estoy aquí, preocupándome por ti.

En ese momento, se había puesto de pie en frente de mí, un ceño fruncido grabado en su rostro.

―Me preocupo, me preocupo, y jodidamente me preocupo cuando probablemente no debería. Pero no me lo perdonaría si algo llegara a sucedert…

No llegué a terminar la frase ya que puso sus manos en mi cabello, y acercó más mi rostro al suyo para que nuestros labios simplemente se tocaran. Nos quedamos así durante unos segundos antes de que se apartara y me diera una pequeña sonrisa. Nada se dijo mientras se sentaba en el sofá, y la seguí detrás. Nos quedamos en silencio y miré alrededor, sintiéndome un poco incómodo. ¿Por qué siempre tengo que hacer las cosas difíciles? ¿O era sólo mi mente que me decía que todo esto era incómodo cuando en realidad no lo era y...

―Por cierto, cuando le dije a la chica que no había mucho que ver, sin duda era una mentira. Hay bastante que ver, y mucho más, además. Estoy esperando ver más pronto ―dijo con un guiño.

Tragué saliva y sentí la sangre subir hasta mis mejillas una vez más. Me puse aún más nervioso y un poco asustado cuando me di cuenta de que sacó cigarrillo. Pero ha fumado antes, así que no fue un gran problema, ¿no? Me sentí muy mal por mentirle a mi madre, y realmente no sé por qué ____ seguía haciéndose esto a sí misma. No es saludable.

―Aquí.

La miré de nuevo y la vi entregándome el bastón de cáncer. Mis ojos se abrieron y ni siquiera pensé en agarrar esa cosa.

―______, no...

Ella me cortó colocando su dedo índice contra mis labios.

―No te preocupes, es sólo un poco de humo. ―Rio―. Relájate, vive un poco.―Entonces tomó el cigarrillo, fumó, y luego me besó sin ninguna duda.

Cuando abrió mi boca con su lengua, me alejé casi al instante, tosiendo por el humo que había entrado de alguna manera a mi boca. Levanté la vista hacia ella como si estuviera loca (porque realmente, ella lo estaba), pero lo único que hizo fue darme otra sonrisa inocente.

―¿Ves? Ahora tómalo y hazlo tú mismo. Sólo un poco de humo no te hará daño, a menos que tú sabes, sigas fumando durante el resto de tu vida.

Sinceramente, no sé lo que me llevó a hacerlo. Tal vez fue el hecho de que ella me dio esos ojos dulces. No podía posiblemente decirle "no". O tal vez porque tenía razón, tenía que vivir un poco. Siempre me han enseñado que fumar es malo, pero tal vez sólo un pequeño humo no me hará daño. Puedo estar haciendo algo realmente estúpido, pero sé que cuando estaba drogado, me olvidé del mundo. Me olvidé de lo que todos, en especial mi madre, lo que pensarían. Esta era mi vida y podía hacer lo que demonios quisiera con ella, ¿no? Así que ¿por qué no probar algo nuevo? Me prometí no hacer estas cosas nunca más si no terminan bien.

Seguí tosiendo cada vez que tomé aunque sea una pequeña calada, pero después de un tiempo, me acostumbré a ello. ___ había conseguido otro cigarrillo, pero a veces me besaba de nuevo, mientras yo tenía el humo en la boca para conseguir algo de él. Un poco más tarde, incluso consiguió algunas botellas de cerveza para que ambos bebiéramos. No le dije "no". En su lugar, tomé la botella y bebí sin una sola preocupación en el mundo. ¿Estaba moviéndome demasiado rápido en este estilo de vida? ¿Siquiera importaba ahora? Al igual que ____, me sentí libre. Me sentí muy, muy libre.

Y me encantó.

―Vayamos a robar algún lugar, muchachos ―dijo de repente el chico mohawk, a medida que todo el mundo empezó a levantarse.

____ se levantó también con una sonrisa en su rostro. Pero una vez que me agarró del brazo para tirar de mí, negué con la mano suavemente y me levanté a mí mismo... o al menos lo intenté. Me sentía tan aturdido que se sentía como que iba a perder fácilmente el equilibrio.

Vaya, todo el mundo se ve tan diferente ahora. ¿Me veo diferente, también?

―Estoy... bien. ―Arrastrando las palabras con una risa y un hipo. Me tapé la boca para de alguna manera detener las risas escapando de mis labios, pero seguí adelante―. ¡No soy ladrón, chicos! ―Les dije a todos con los brazos levantados―. Amante. ―Esta vez, empecé a caminar hacia un hombre de pelo azul. Parecía divertido y tenía cosas brillantes en su rostro. Toqué su rostro y continuó―: No un luchador. Honesto, creyente, no un pecador... Rock, sean chicos punk rock, ¡¿por qué no pueden ser más punk rock como este tipo!? Sean. ¡Punk!

―Hermano, ¿qué diablos estás hablando? ―Le oí decir, mientras alejó mis manos de su rostro pálido. Pero se rio, sin embargo―. Este chico es jodidamente raro, vamos a llevarlo.

Sentí todos los ojos en mí mientras cerré los míos e incliné mi cabeza hacia el cielo. Una mano cálida atrapó la mía y oí un susurro muy superficial entrar en mi oído, algo en la línea de―: Sé malo, Jungkook. No hará daño, sólo por esta vez.

Todavía me sentía como si estuviera balanceándome. Todavía me sentía libre. Sonreí sin dudarlo.

—Maldita sea, sí ―susurré.

The Bad Girl And The Good Boy• J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora