CAPÍTULO 37

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--¿Ahora serás un intento de novio perfecto? --el pelirrojo sintió sus párpados pesar, bufando cuando el mayor no mostró ni el más minimo interés en lo que decía, por el contrario lo estrechó más en su pecho para hacerlo callar--. Es duro ser ignorado de esa forma, Jeon.

Jungkook sonrió mientras abría la puerta de la habitación con dificultad y dejaba al menor en la cama, caminando hacia la puerta y asegurándose de que estuviera cerrada correctamente antes de girar hacia el menor.

El pelirrojo se sentó al borde de la cama, recorriendo el lugar con la mirada, al menos hasta sentir unas manos acunar su rostro.

--Tomaré una ducha, ¿si? --susurró en el oído del menor y ¿por qué no decirlo? Jungkook sabía que el pelirrojo probablemente caería dormido en menos de dos minutos y eso estaba bien porque él necesitaba asimilar que el contacto entre ellos sería escaso.

--Estoy aquí y lo estaré cuando despiertes --besó su frente. El pelirrojo asintió con el labio entre los dientes porque estaban en un motel que no gozaba con la seguridad que Taehyung sentía que necesitaba.

El pelirrojo suspiró, llevando las rodillas a su pecho, viendo al mayor desaparecer tras la segunda puerta que la habitación poseía. De repente sintiéndose solo en aquella gran cama porque durante el último mes no había pasado ni una noche sin alguien rodeándolo con sus brazos.

Y cuando Jungkook salió del sanitario con una toalla blanca rodeando su cadera y una sonrisa coqueta en el rostro, esta decayó al ver que el menor dormía plácidamente sobre el colchón.

Jungkook llevó sus dedos al borde de su camiseta, tirando hacia arriba, pero apartando la mirada del pecho desnudo de Taehyung en cuanto lo tuvo en frente como si fuese algo prohibido deleitarse observando aquella piel expuesta sin el consentimiento ajeno.

Prohibido porque el Taehyung que yacía frente a él no se asemejaba al pelirrojo arrogante que había conocido meses atrás.

Llevó las manos a los pantalones contrarios, rozando con sus fríos dedos la tela de la ropa interior del menor. Jungkook suspiró, tirando de los pantalones hacia abajo, procurando que sus movimientos no fuesen del todo bruscos cuando lanzó la prenda.

Y Jeon no pudo evitarlo, realmente no pudo evadir la inmensa necesidad que lo llenó por completo.

El mayor sonrió, quizá burlándose de sí mismo, al advertir que Taehyung no sería capaz de percibir el contacto de las yemas de sus dedos en su abdomen.

Y cuando el pelirrojo se removió en la cama, en un intento de protegerse del frío aire que golpeó su cuerpo, Jungkook supo que era suficiente.

El mayor relamió sus labios, sintiendo su pecho subir y bajar, y su corazón latir con fuerza.

Tomó su propia ropa interior y la deslizó por sus piernas, rápidamente cubriendo ambos cuerpos con las sábanas y rodeando con uno de sus brazos el abdomen contrario.

Tragó ruidosamente, nunca había tenido tanta de su piel a su disposición, hundió el rostro en el hombro del menor, besando castamente la piel bajo sus labios porque era lo único que se permitiría.

Taehyung ronroneó apenas y girando entre sus brazos, inhalando profundo en su pecho y sin saber acelerando la respiración del mayor.

Rayos de sol colándose a través de la ventana e iluminando la habitación levemente, quizá siendo demasiado temprano para que el ruido de la ciudad se hiciera presente.

Taehyung llevó las manos a su rostro, buscando aclarar su vista con la acción, pero se detuvo al notar la ausencia de la ropa con la que juraba haber dormido.

--Jungkook --susurró con los ojos en el tonificado abdomen del pelinegro y en sus musculosos brazos. Taehyung dio un salto fuera de la cama, presionando los labios para contener el sollozo que quiso escapar de su boca.

Tomó uno de los cojines que se encontraban sobre el pequeño sofá a un lado de la habitación y se lo arrojó al mayor sin previo aviso porque era incapaz de acercarse a él.

--¿Qué sucede? --Jungkook bostezó sin abrir los ojos aún, tanteando el lugar vacío a su lado, tardando unos segundos en percatarse de la presencia de Taehyung frente a él, quien tenía los ojos brillosos y las manos sujetas entre ellas--. Confía en mí, ¿sí? Estás bien.

Jungkook palmeó el lugar que Taehyung había dejado atrás hace unos minutos.

--Lo prometiste --caminó lentamente hacia él como si de un campo minado se tratara--. Dijiste que me darías el tiempo que... Mentiste.

Y cuando el pelirrojo quiso hundirse bajo las sábanas, Jeon Jungkook se lo impidió. Rodeó su cadera con ambas manos y lo atrajo a su regazo.

--Si evitar que contrajeras una gripe es considerado algo indebido, entonces mentí y lo hice con tanto...

El pelinegro se detuvo en cuanto sintió al menor hundir el rostro en su hombro.

--Está bien. Somos nuevos en esto y no espero que confíes en mí tan pronto --suspiró--. No exijo más de ti y aún así sigues siendo duro contigo. Ayer bajo la lluvia pediste que te diera tiempo, y yo solo me pregunté si podías verme, si podías ver que yo sería incapaz de negarte algo alguna vez.

Taehyung asintió, haciéndole saber que lo escuchaba.

--Hablar, tan simple como eso. Y no busco arrebatarle el título de confidente que Park tiene tatuado en la frente, pero si pudieras compartirme al menos una pequeña parte de lo que hablas con él, yo podría ayudar. Quiero ayudarte.

--Lo entiendo --susurró el menor, sintiendo los brazos del azabache rodearlo con cuidado--. Lo siento.

--No necesitas disculparte conmigo --acarició la cabellera contraria con una de sus manos--, pero es tu turno de hablar.

--Yo quisiera que seas sincero, conmigo y contigo si en algún momento dejaras de sentir algo por mí, quisiera que me lo dijeras, y entonces quizá podría hacerme a la idea.

--Es increíble que seas tan pesimista --bufó--. Seré el optimismo de esta relación hasta que regrese el tuyo.

Oyó al pelirrojo reír cerca a su oído, por lo que besó su mejilla y afianzó el agarre a su alrededor, sonriendo cuando no sintió al menor tensarse ante el contacto.

--Yo prometo no hacer las cosas tan complicadas la próxima vez.

Taehyung se alejó para conectar sus miradas, extendiendo su dedo meñique hacia el mayor, quien lo tomó gustoso.

Allí estaban, haciéndose tantas promesas como les fuese posible porque era lo que las parejas hacían, como si el futuro pudiese dictarse a partir de promesas irrelevantes y sueños fantasiosos.

CLOSE YOUR MOUTH //KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora