CAPÍTULO 45

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--Lo tenías controlado, ¿o no?

Jungkook tomó la barbilla del menor débilmente y llevó la pequeña toallita en sus manos a los labios contrarios para limpiar la sangre en estos, provocando que el pelirrojo frunciera el ceño a causa del dolor.

--Unos golpes habrían bastado, Kim. Y de ser así, no estaríamos aquí --sonrió sin gracia con los labios presionados cuando oyó a Taehyung jadear en respuesta a la presión que ejerció el trozo de algodón en su pómulo izquierdo.

El menor asintió sin oír en realidad, demasiado enfrascado en sus propios pensamientos como para pensar en acallar los de Jungkook.

--¿Qué se supone que diga si llegas a casa en este estado? No debería darle a tu hermano más motivos para odiarme --tiró de su propio cabello--. Dime algo.

El menor mordió el interior de sus mejillas con los ojos en aquella gran ventana en la habitación del pelinegro, ya que sus padres estaban en un tren camino a Busan a un evento familiar al cual Jungkook se negó a ir.

Taehyung caminó a través del cuarto con las manos empuñadas al advertir la presencia del mayor tras él, quien intentó rodearlo con los brazos, sin embargo sus acciones se vieron frustradas cuando Taehyung giró bruscamente hacia él.

--Quizá no valgo tanto como me hiciste creer.

--No eres un objeto que puedan adquirir en una subasta, Taehyung. Eres más que eso. ¿Lo entiendes?

Lo entendía, pero no era capaz de creerlo. Sonrió burlón, caminando hacia la puerta, solo para dejarse caer al pie de esta con el rostro entre sus rodillas porque era patético que Jungkook lo viese llorar por la opinión de alguien ajeno a ellos.

--Mientes.

El menor rió con lágrimas amenazando con salir de sus ojos cuando no oyó al mayor refutar. Era cierto.

--Yo sé que no lo valgo y cada mañana solo deseo no estar tan seguro de ello --susurró con una sonrisa en el rostro que de inmediato fue sustituída por una mueca que no poseía ni el más mínimo atisbo de ironía--. No puedo amarte si no me amo primero, y siento que es inútil seguir intentando cuando ya no quiero vivir mi vida. No puedo amarte, Jungkook.

No debía ser un genio para entender a lo que Taehyung se refería. ¿No querer su vida? El pelinegro definitivamente sabía de qué se trataba.

Negó con la cabeza con los labios presionado y el corazón amenazando con salir de su pecho mientras caminaba hasta la orilla de la puerta sin forzar a Taehyung a captar su mirada cuando acunó su rostro.

--No. Puedes hacerlo, yo sé que sí --susurró, sintiendo las lágrimas del menor bañar sus palmas--. Contén ese dolor un poco más y juro que... haré que se vaya.

El pelirrojo negó con los labios presionados cuando de su boca escapó un sollozo que lo dejó sin aliento, estrujando la camisa del mayor en sus dedos. Negándose rotundamente a romper la promesa que le hizo a Jungkook esa noche. No se rompería en sus manos.

--Quizá estoy cansado de aguardar por un milagro --el pelirrojo sintió el aire atascarse en su pecho, asfixiándolo y sabía que si seguía de esa forma, todo iba a complicarse--. Estoy tan cansado, Jungkook.

El mayor rodeó con uno de sus brazos a Taehyung, besando su sien y sus mejillas al saber que consolarlo en ese estado sería difícil. No es como si no lo hubiese hecho antes de todas formas porque aquella era una más de las recaídas que tuvo el pelirrojo esa misma semana.

Jungkook hizo que hundiera el rostro en su cuello cuando levantó su cuerpo del frío mármol y lo llevó en sus brazos de vuelta a la cama, sintiendo al menor tensarse ante el repentino tacto, pero acurrucándose en su pecho de igual forma.

CLOSE YOUR MOUTH //KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora