CAPÍTULO 58

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--Dime, Jungkook, ¿qué hiciste para merecer semejante odio?

El azabache abultó los labios, alzando la mirada hacia el hombre frente a él, aquel que había permanecido con su atención en el pelinegro durante los últimos minutos.

--No mucho --farfulló, obteniendo la total atención de Taehyung en los segundos próximos, quien lo fulminó con la mirada. Bien, se aseguraría de no decir algo indebido esta vez--. NamJoon hyung no es alguien fácil de tratar.

El aludido rió sarcástico.

--Él es muy molesto y altanero, ¿sabe? Debería huir mientras pueda --continuó el azabache, y SeokJin sonrió. Sus mejillas abultándose, al igual que sus labios bajo la atenta mirada de Kim NamJoon.

--He oído que tampoco eres un santo --murmuró el hombre, bebiendo de su copa de vino. Un largo sorbo, como si de esa forma fuera a hacer de aquella conversación más reveladora.

--No lo soy. Nadie en esta mesa lo es, ¿o no?

Los ojos de NamJoon amenazaron con salir de sus órbitas al oírlo. Taehyung se removió incómodo, sintiéndose innegablemente cohibido cuando SeokJin sonrió hacia él.

--¿Siempre es así de encantador?

El pelirrojo asintió con una mueca tímida en los labios, usando la pequeña cuchara en sus manos para degustar del postre de avellanas que reposaba sobre la mesa, pero en cuanto tuvo la botella de vino entre sus dedos, se le fue arrebatada. 

--Le prometiste a Park que...

Sí, Taehyung era consciente de ello. Y por la mañana irrumpiría en su apartamento con una enorme sonrisa en el rostro con la esperanza de hacer que el rubio no se sintiera tan miserable ese día.

--Unas copas, Jungkook. No es como si fuera a embriagarme --murmuró, tirando de la botella cuando el pelinegro ejerció fuerza sobre ella.

--Claro, ¿por qué no? --asintió el azabache con fingido consentimiento--. Preguntémosle a tu hyung si lidiar contigo ebrio es divertido.

--Apuesto a que lo es --Taehyung sonrió triunfal--. Tan divertido.

El pelinegro bufó, a sabiendas de que el menor no cambiaría de opinión a causa del puchero en su rostro.

Cosa que fue poco relevante cuando el pelirrojo comenzó a soltar incoherencias, sus ojos no logrando enfocar más que al azabache a su lado si mantenía el ceño fruncido y los labios entreabiertos.

Jungkook estaba ignorándolo, incluso si murmuraba cosas inentendibles y jadeaba bajito en su hombro como un niño pequeño que deseaba la atención de su madre.

--Estoy agotado, Jeon... ¿Por qué estás siendo tan grosero?

Kim tiró una vez más de su brazo, fingiendo sollozar y tendiéndose sobre la mesa cuando el mayor desvió la mirada.

--Jungkook-ssi.

Bien, si eso no era suficiente para llamar su atención, Taehyung no sabía qué lo haría.

--No eres gracioso.

--Terminemos, entonces.

La conversación entre ambos mayores cesó y pronto tuvo tres pares de ojos sobre él. La atención que quería, ahora la tenía toda.

--¿Tengo tu atención ahora?

Y supo que aquella broma se le escapó entre los dedos cuando vio los ojos del azabache ensombrecerse.

--Mierda --balbuceó Jungkook, recibiendo un silencioso regaño por parte de ambos mayores--. Tú... No puedes pretender bromear y decir cosas como esas. 

Taehyung tiró de la perilla, reprimiendo una bonita sonrisa cuando el azabache irrumpió en su campo de visión por primera vez esa noche.

Jungkook se veía bien, tanto que el pelirrojo temió por su apariencia en aquellos momentos. Sus delgadas piernas haciendo su mayor esfuerzo por pasar desapercibidas bajo el holgado short que llevaba, incluso si el mayor pagaría una decena de monedas por ponerles una mano encima.

--Yo... Creí que estarías aquí a las ocho --entreabrió los labios, accediendo a la silenciosa petición del pelinegro por recorrer su boca.

--Dime, Kim, ¿acaso tienes algo mejor que hacer? --suspiró el mayor, rodeándolo con sus brazos y recorriendo con la comisura de sus labios la extensión de su cuello. Una delicia, la tersa piel bajo su mandíbula era exquisita, y Jungkook era incapaz de describir cuánto deseo sentía por poseerla--. Tengamos sexo.

--Jungkook --farfulló el pelirrojo, siendo ignorado olímpicamente cuando el aludido introdujo una de sus manos bajo su camiseta, besando sus labios y apoderándose de la sensible piel del interior de sus muslos sin siquiera inmutarse.

--¿Quién era? --preguntó Hoseok mientras se asomaba tras la puerta. Llevaba jeans oscuros y su cabello se veía más desordenado de lo que Jungkook recordaba; sin embargo, su ropa estaba intacta con, incluso, una chaqueta sobre los hombros.

Jungkook carraspeó con una sonrisa burlona cuando su amigo apartó la mirada durante el breve lapso en el que Taehyung acomodó su ropa.

El azabache hizo un saludo militar en su dirección, y Hoseok sonrió ampliamente en respuesta a aquella acción.

--Yo le pedí que viniera. No dejaré que Jimin haga alguna estupidez mientras estemos fuera de Seúl --suspiró, caminando hacia el salón principal y dejándose caer sobre el sofá--. NamJoon trabajará horas extras esta semana y no podrá hacerse cargo de él; así que, Hoseok lo hará.

--Nunca gocé de esa clase de atenciones.

El pelirrojo negó, hundiendo los dedos en la cabellera azabache y revolviendo apenas, como si se tratara de una vaga caricia para hacerlo callar. Pero lo cierto era que Jungkook jamás las había necesitado, siempre aparentando ser tan fuerte e implacable mientras Taehyung sanaba.

--Tus manos se congelan --observó el azabache, deslizando los guantes que llevaba hacia abajo y encajándolos con extrema delicadeza en las contrarias.

--Los olvidé en casa --negó con la cabeza, no prestándole la atención debida al azabache cuando el avión despegó y pudo ver la millonada de luces que iluminaban la ciudad bajo él--. Pero no hagas esto, en serio --le aseguró, quitando los guantes de sus manos y dejándolos sobre el regazo del pelinegro.

--Bien --Jungkook bufó al acariciar los nudillos ajenos con la yema de sus dedos. Taehyung era hermoso, y no era de esperarse que cada parte de su anatomía fuera descrita como encantadora ante los ojos de Jeon.

El pelirrojo sonrió, ocultando el rostro en su cuello cuando advirtió la mirada acusadora de cierto hombre a unos asientos de distancia.

--Nunca te lo dije, Taehyung --suspiró el azabache, carraspeando y dejando a un lado aquel molesto orgullo--, pero no me agrada estar tan alto en el cielo, mucho menos en un vehículo que no volará por sí solo si algo falla. Y estamos tan malditamente alto ahora, Kim --estrujó las manos de Taehyung entre las suyas, hallando algún tipo de consuelo en la fricción entre sus cuerpos.

--Muy bien, Jungkookie --dijo en tono chillón y burlesco, tal y como lo había oído de Kim Chanyeol hace unos días, acariciando por debajo de la camiseta del mayor y revolviendo su cabello como a un niño pequeño--. Kim Taehyung cuidará de ti esta noche.

CAPÍTULOS FINALES~

CLOSE YOUR MOUTH //KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora