Capítulo 73-Cursi.

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-Mi vida me voy.

Abro los ojos y veo a Marco sentado en la cama sonriendo tierno.
Me da un beso en la frente y me pellizca la mejilla.

-Si te encuentras mejor vente a vernos, llama a Sara o a Maca, que seguro que encantadas te llevan.

-Vale feo, mucha suerte.

-Gracias guapa-dice sonriendo y se levanta para irse, pero cuando llega a la puerta se gira-Te he dejado el desayuno preparado abajo, te quiero.

-Y yo a ti.

Escucho la puerta principal cerrarse y el ruido del coche, ya se va.
Tienen partido contra el Sevilla, juegan aquí en el Bernabéu.
He pasado una pésima noche, Marquito no ha parado de moverse, me da a mí que va a ser futbolista como el padre. O que nace en nada, en dos semanas salgo de cuentas.

Bajo las escaleras despacio pero con cuidado, Rome me espera abajo moviendo su rabito feliz de verme.

-¿Que tal Romito?

Entro en la cocina seguido de él y me siento delante del desayuno que me ha preparado Marco : un vaso de zumo de naranja junto a unas tostadas, al lado de ellas hay una nota.

Hola guapa, espero que disfrutes del desayuno que he preparado, simple pero bueno.
Te quiere, tu prometido y padre del niño más bonito que hay en el mundo.
PD:si fuera tú, no abriría la puerta de la papelera, se me han quemado unas cuantas tostadas.

Doblo la nota y la dejo encima de la mesa. Me levanto para ver el desastre que ha hecho...por dios, media barra quemada en la papelera.

Vuelvo a sentarme y desayuno mientras miro mis redes sociales. Me encanta ver las fotos que sube la gente de nosotros dos, sobre todo las que no sabía que existían, muchas de ellas son de los partidos y se nos ve a los dos mirándonos en el banquillo o en los entrenamientos cuando le ayudo a estirar.

Rome empieza a chuparme los talones reclamando atención, es la hora de sacarlo a pasear.

-Espera que me cambio y nos vamos.

Dejo el plato en el fregadero y subo a la habitación a cambiarme, creo que es la única pega que le pongo a la casa de Marco, subir las escaleras estando así. Lo malo que todas las habitaciones están arriba.

Me pongo un chándal de Marco que gracias a la barriga que tengo, parece que sea de mi talla y me pongo una camiseta suya.

Bajo las escaleras y cojo la correa de Rome. Creo que voy a hacerles una visita a papá y Helios, hace tiempo que no los veo y viven a veinte minutos andando.

Helios entró en el ejército y es sargento, pero él quiere ascender todo lo que pueda y superar a papá, para según él darle órdenes y hacerle pagar por los castigos que nos ponía de pequeño.
Que eran los típicos, que si hasta que no termines el plato no te levantas, hasta que no limpies la habitación no juegas...

Llego a la que era mi antigua casa y suelto a Rome en el pequeño jardín que tenemos, está vallado entero y no va a salir de ahí.

Mientras que no vienen, me siento en un banquito del jardín.

Recuerdo todas las tardes que nos quedábamos jugando hasta las tantas y mamá venía a regañarnos, pero papá venía y se ponía a jugar con nosotros...siempre quedarán los recuerdos.

-¡Pero mira a quien tenemos aquí!

Me giro y veo a papá sonriendo vestido con su uniforme.

-No te levantes que voy yo para allá.

Chica Coraza. Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora