Capítulo 10-Pintaba bien...

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Llego a la cafetería de Valdebebas y pido un zumo con una caña de chocolate, he quedado con Sara para desayunar juntas.
El otro día se me ocurrió una cosa respecto a la escapada de Helios, le he activado el GPS del móvil y sé en qué sitio está en cada momento. Reconozco que no está bien lo que he hecho, pero se lo ha ganado solito después de lo de aquella noche.

Sara viene y me da un abrazo, pide un café y nos sentamos en una mesa.

-¿Que tal estás guapi?

-Bien, creía que hoy por la mañana iba a llegar tarde, pero no.

-¿Tu hermano te ha despertado?

-Que va, se ha ido andando al instituto, le hemos castigado durante dos semanas.

Sara asiente dándome la razón y empezamos a hablar de cotilleos. No sé cómo lo hace, pero siempre se entera de todo. Es una gran amiga, la conocí de casualidad un día en el centro comercial, estábamos haciendo cola y empezamos a hablar, nos caímos bien y nos dimos los Instagram...de ahí nació una bonita amistad.

-Ala, me tengo que ir ya-digo mirando el reloj-Empiezo en cinco minutos.

-Que te sea leve, chau.

-Chau.

Me levanto y salgo de la cafetería andando rápido, tan rápido que me choco con una mujer y casi la tiro al suelo. Es morena y con un cuerpo exuberante...mejor me callo lo que parece. No debería de juzgarla por su apariencia, en verdad me siento mal.

-Perdona, es que tengo prisa.

-Ten más cuidado bonita-dice despectivamente mirándome de arriba a abajo-¿Trabajas aquí no?

-Si, pero no soy la asistente de nadie.

-Que borde eres, ¿Dónde voy para ver el entrenamiento?

-A tu casa, enciendes la televisión y pones el canal del real Madrid, un placer adiós.

La dejo con la palabra en la boca y salgo pitando de ahí. No me apetece hablar con una persona así, y aún encima cuando voy tarde.¿Quién se cree que es para mirarme así? Y menos para hablarme mal, ella si que es borde con el tono de voz que tiene, que un poco más y me destroza el tímpano.

Abro las puertas de la sala y veo a Adam y a Antonio...uf Antonio, que pereza. Alguna vez a la semana viene y pasa un día con nosotros para vigilar que trabajemos.

-Llegas dos minutos tarde señorita García-dice Antonio mirándome de arriba a abajo-Se lo perdono porque es usted.

-Pues vale-respondo cortante y camino hacia Adam-¿A quién tenemos hoy?

-Pues...-dice Adam riendo mirando una lista-Nadie, supongo que después del entrenamiento vendrán a que le demos masajes.

-Estupendo-contesto sonriendo-Me voy a poner a hacer informes.

Me siento en mi mesa y enciendo el ordenador, tengo que hacer una lista para ver quién está físicamente bien para el partido del domingo contra el Valencia.
Adam se tiene que ir a una reunión sobre los equipos médicos de no se qué rollo, ya me lo contará más adelante.
Me quedo escribiendo durante la hora y media que dura el entrenamiento de hoy, llaman a la puerta y aparece Marco.

-Hombre Asensio-dice Antonio sonriendo falsamente-¿Que te pasa?

-Vengo a que me hagáis un masaje en la espalda, me la noto un poco cargada y en la ducha me ha dado como un tirón.

Hago el amago de levantarme para ayudarlo yo pero Antonio es más rápido y se lo dice él.
-Pasa y te la miro.

-¿No puede ser ella?-pregunta señalándome haciendo que Antonio me mire mal-La conozco más que a usted, y para que mentirnos, me fío más. Siempre que he tenido un problema y ella me ha ayudado, siempre me lo ha curado. Es muy buena profesional.

Chica Coraza. Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora