Capítulo 74-Susto.

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Vale Selene relájate, no te alteres que no pasa nada.

Creo que por el sonido de las voces tienen que estar un poco lejos.

Me levanto con cuidado del sofá y voy subiendo las escaleras poco a poco.

-¡Yo me encargo de la zona de arriba, José!

-¡Vale Paco!

Joder.
Entro en la habitación de invitados y cierro la puerta.
Pues tengo a un tal José y a un tal Paco en mi casa robando...estos no han visto La casa de papel.

Selene céntrate por favor, tienes a dos ladrones en tu casa y uno viene al piso de arriba. Y para colmo estás embarazada.

Vale piensa...¿Qué puedo hacer? ¿Y qué tengo de defensa? Joder pues como no le dé con una almohada no sé qué voy a hacer.

-Mierda, ¡Esta no se abre José!

-¡Da un golpe fuerte!

Mierda, me quito de la puerta y voy corriendo al baño, pero es tarde.

-¡Ostias!-exclama el ladrón y sonríe al verme-Mira a quien tenemos aquí, ¿Tú no eras fisioterapeuta del equipo? ¿Qué haces aquí?

-Marchaos de mi casa y no llamo a la policía.

-¡Encárgate un momento de la casa! ¡La novia del tío está aquí y me la quiero pasar bien!

Trago saliva e instintivamente me llevo las manos a la barriga. Ni de coña voy a dejar que me toquen.

-¡Vale tío pero no tardes mucho!

El ladrón cierra la puerta de la habitación y me mira de arriba a abajo.

-Aún estando embarazada estás buena preciosa-dice sonriendo acercándose a mi-La vamos a pasar bien.

-¡No te acerques a mí!

Intento alejarme de él, pero es imposible. Me acorrala contra la pared y empieza a besarme el cuello. Me siento asqueada, sucia...por muchos golpes que le dé no se aleja.

Miro a la derecha y veo encima de la cómoda, una cajita de madera...

El ladrón me quita la sudadera y empieza a besarme los pechos. No sé cuándo empecé a llorar y a gritar que este bastardo se alejara de mi.

Estiro mi brazo para coger la cajita y le doy en la cabeza del ladrón.

-¡Hija de puta!

Tiro la cajita por ahí y salgo corriendo de la habitación.
El ladrón de abajo me ve y sube las escaleras.

-No te vas a escapar pedazo de zorra.

Mierda...
¡La pistola de papá!
Casos extremos medidas extremas.

Entro en la habitación donde dormimos y me encierro en el armario. Empiezo a rebuscar donde pude haber metido esa dichosa pistola junto a las balas.

La puerta de la habitación se abre y escucho los pasos del ladrón...Me quedo paralizada.

-¿Dónde estás zorra embarazada?-por la voz sé que es el que estaba abusando de mi-¿Estarás en el baño quizás?

Oigo que se aleja del armario y retomo la búsqueda hasta que las encuentro. Cargo la pistola y le quito el seguro, apunto firmemente al frente. En cuanto se abra esa puerta dispararé sin pensármelo dos veces.

Ya no es por mi, es por la salud de mi hijo.

La puerta del armario se empieza a abrir lentamente...pero unos gritos y ruidos impiden que se mueva más.

Chica Coraza. Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora