Capítulo 79-Perdón.

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-Yo que sé Nora, no estoy de humor te llamo más tarde.

Cuelgo el móvil y lo dejo en la mesita que hay delante de la televisión.
Nora me estaba explicando unas cosas, pero no tengo la cabeza para pensar en trabajo después de todo lo que ha pasado.

Hace como dos horas que Marco se fue y no sé nada de él.
Puede que yo también la haya liado un poco, pero no es para ponerse así. A saber cómo hubiese reaccionado él si es al revés.

Escucho un llanto y voy a la cuna que hay en el salón.

-Ven aqui mi vida, vente con mami.

Estira los brazos hacia mí y lo cojo en brazos, empiezo a mecerlo mientras camino por el salón.
Se está haciendo de noche y Marco sin venir...yo también soy imbécil, debería ir detrás de él, pero ya cansa que siempre vaya detrás suya. Ha hecho una montaña con lo que se ha liado, tampoco era para tanto.

Voy a la ventana y miro que está lloviendo, seguro que se está refugiando en algún lugar del agua.

¿Le llamo?

Un trueno me asusta tanto a mí como a Marquito y empieza a llorar.

-Ya está corazón, no pasa nada-digo dándole un beso en la frente y lo pego a mí pecho-No pasa nada mi vida.

Me quedo mirando por la ventana a ver si viene Marco con Rome, ¿Dónde te habrás metido?

Lo voy a llamar, yo no puedo estar así.

Dejo a Marquito sentando en la alfombra y llamo a Marco. Un toque, dos toques...bip, ha colgado.
Lo vuelvo a llamar y me hace igual. Joder que plan se ha quedado de noche.

Veo que en WhatsApp se pone en línea y se quita de golpe.

Podía mandarme un mensaje, aunque fuera mandándome a la mierda, pero que lo hubiera hecho al menos.

Dios mío, ya no sé cuantas vueltas he dado por el salón y sigue sin venir. Joder Marco la que estás liando.

La puerta se abre y lo veo con Rome en brazos, ambos están empapados.

-¿Dónde estabas?-pregunto nerviosa y no responde-Te he estado llamando, estaba preocupada.

Se quita torpemente los zapatos y va con Rome al baño sin decirme nada.
Voy detrás de él, pero me cierra la puerta en la cara.

-¿¡Que haces Asensio!? ¡Vete a la mierda!

Doy un golpe en la puerta y me siento en el sofá viendo a Marquito jugar con los coches.
Escucho el sonido del agua de la ducha y a Rome ladrar, va a lavar al perro. Ha llegado lleno de barro, al menos ha tenido la decencia de ir directamente al baño.

-Mi vida, tu padre es lo más complicado que hay en el mundo.

Al rato sale Rome corriendo del baño y se sienta a mí lado dándome golpes en las piernas.
Le acaricio y se pone boca arriba, llámalo tonto al perro.

Marco sale del baño y me mira serio, pasa sus manos por su cara y suspira.
-Soy gilipollas, ¿Podemos hablar?

-El primer paso es admitirlo, y no, no vamos a hablar. Cuida de tu hijo, yo me voy a dormir.

Me levanto del sofá y me agacho para darle un beso a Marquito.
Paso por delante de Marco y ni lo miro a la cara. ¿Hablar después de los gritos y los golpes? Paso.

Entro en la habitación y me pongo una camiseta suya que me queda bastante grande. En estos momentos me arrepiento de no tener un pijama propio y de usar siempre sus camisetas para dormir.

Me tumbo en la cama y cierro mis ojos para intentar dormir algo, mañana vuelvo al trabajo y no me apetece ir con cara de muerta, pero me da a mí que va a ser imposible porque no paro de darle vueltas a la cabeza. Por una parte tengo la necesidad de ir y hablar con él, pero por otra no quiero ni verlo.

Mierda, se me ha olvidado lavarme los dientes. ¿No os da mucho coraje que una vez que estás metida en cama, os tengáis que levantar para algo? Porque a mí sí, bastante. Quitando las veces que me levanto para cuidar de Marquito que no me importa, las demás las odio.

Salgo del baño y vuelvo a meterme en cama. He notado que Marco ha pasado por delante de la habitación y que ha ido a la habitación de Marquito, lo más seguro es que lo vaya a dejar en su cuna. Normalmente dejamos la luz del pasillo un ratito encendida hasta que nos vamos a dormir.

Entra en la habitación y se queda apoyado en el marco de la puerta con las manos en los bolsillos. Se ha duchado en el baño de abajo, lleva otra ropa distinta que seguro que ha cogido del cesto limpio.

-¿Estás despierta?-pregunta serio y al ver que me siento en la cama enciende la luz-Vuelvo a preguntar, ¿Podemos hablar sin gritarnos y sin insultarnos?

-Está bien-respondo seria-¿Que quieres?

-Que me perdones y volvamos a estar bien, si no te conté lo del contrato fue porque no le di importancia, en el Madrid me siento muy bien como estoy y no tengo pensamiento de irme a ningún lado.

-Aunque tú no le des importancia, no estaría mal que me contaras las cosas-contesto enfadada cruzándome de brazos-El problema de siempre, la base de una relación es confianza Asensio, confianza que parece que después de tanto tiempo no hay.

-Selene no te lo conté porque no quería que te pusieras mal-dice serio acercándose a la cama-Sabia que te ibas a enfadar y quería ahorrarmelo.

-Pues entonces no me cuentes más nunca nada ¿No? Así siempre te ahorras hablar conmigo.

-No es eso, sabes que me encanta hablar contigo y escuchar tus opiniones siempre-responde nervioso poniéndose de cuclillas delante mia-Perdoname por favor, soy gilipollas.

Pone sus manos en mis rodillas y me mira arrepentido. Por muchas veces que la caga, no puedo estar sin él. Es una persona fundamental que tiene que estar en mi día a día, y no puedo estar mal con él. Me duele estar así.

Cojo su cara entre mis manos y le beso la frente lentamente.
-¿Por qué soy tan imbécil?-pregunta sentándose a mi lado y poniendo una mano en mi muslo-O no me entero de nada o la cago cada dos por tres, lo mío es un caso perdido.

-No lo sé Marco-respondo suspirando y me subo encima de sus piernas pillandole desprevenido-Pero a mi me encanta que seas así, inocente pero maduro.

-Para algunas cosas más que otras.

Sonríe pícaro y lo tumbo en la cama. Voy apoyando mi cuerpo en el suyo poco a poco y nuestras caras quedan a centímetros.

-No veas lo que me pones con solo una mirada-dice con la voz un poco ronca y sonrío-Joder...

-Lo noto cariño-digo sonriendo y le doy un beso-No te preocupes porque lo noto.

Todo iba muy bien, demasiado bien...camisetas volando por la habitación, pantalones, sujetador...hasta que escuchamos a Marquito llorar, y yo como si tuviera un muelle me levanto de Marco y recojo una camiseta para ponérmela.

-Sel escucha-dice serio sentándose en la cama y señala la puerta-Porque quiero al niño más que a mi vida, porque sino...

Suelto una carcajada y le doy un beso en los labios, a lo que chasca su lengua y niega con la cabeza.

-Muy bien, tú sigue encendiendome que parece que no me conoces-dice levantándose y va hacia el baño-Mejor me doy una ducha fría, porque a este paso ni hermanos le damos al niño.

-Eres de lo que no hay tonto-digo riendo y le tiro una toalla-Disfruta la ducha guapo.

Me mira divertido y pone la toalla en su hombro.
-Que mala que eres, así ha salido el niño. ¿Y por qué no nos duchamos juntos?

-Marco Asensio, a la ducha ya-contesto intentando parecer sería pero acabo riéndome-Por lo que veo sigues contentito mi vida.

Le señalo su entrepierna y la tapa con la toalla.
-Repito lo de antes, que mala que eres.

Chica Coraza. Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora