Capítulo 51

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Noté como Christopher no apartaba la vista de mi cuerpo y sonreí malévolamente. Comencé a tocarme con más intensidad y llevé mis manos por dentro de mi camiseta hacia mi espalda. Sentía como Chris se ponía nervioso.

Christopher: ¡Dios santo Tn! ¿Puedes parar ya? - tornó sus ojos tiernos a unos perversos que me desvestían - Me estás poniendo nervioso.

_____ : ¿Enserio quieres que pare? - llegué hasta mi brassiere y me lo desabroché - ¡Creo que ya es un poco tarde! - le tiré la prenda de encaje negra a la cara -

Seguía bailando hasta que Chris se levantó y se puso frente a mi. Pegándome a él agarrándome de las caderas.

_____ : Ah, ah - negué con mi cabeza - Se mira pero no se toca.

Christopher: Vamos... ¿Pero no querías jugar? - le empujé de nuevo hacia el sofá -

_____ : Te estás equivocando Vélez - apreté mis nalgas - Yo juego dónde quiera, - le miré fijamente a los ojos - a lo que quiera, - caminé hacia él - y con quién quiera.

En ese momento ya estaba subida encima de Christopher. Me fui dejando caer sobre él hasta enganchar su boca con la mía. Volví a incorporar mi cuerpo aún sentada con él sobre las piernas. Lamí mis labios. Él me miraba deseoso, sin poder parar. Quería comerme con la mirada.

_____ : ¿Quieres hacerlo? - él asintió y sonrió ilusionado - Me temo que tú no puedes - reí - Pídemelo - él me miró excitado - Vamos, ¡Hazlo! - le ordené -

Christopher: Tn, quítate la camiseta - sonrió y yo le obedecí -

Tiré de la fina tela hacia arriba hasta dejar mi torso desnudo al aire. Él sólo me miraba. Se lamió los labios intimidándome. Quiso poner su mano entre mis pechos pero yo no le dejé.

Christopher: Tn, creo que no estoy entendiendo tu juego bien...

_____ : ¿Estás seguro? - miré hacia el bulto que aparecía en su pantalón - Porque yo creo que sí... ¿No te atreves? - él sólo me miraba embobado -

Sus ojos se tornaron oscuros y decidió hablar.

Christopher: Quiero que te toques Tn... - sus penetrantes ojos no se alejaban de mi - hazlo por mi.

Ni yo estaba segura de en lo que me estaba metiendo. No sé qué tengo que hacer. Y todo por jugar a la sumisa y al empresario.

• 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀𝐁𝐋𝐄𝐒 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora