• 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀𝐁𝐋𝐄𝐒 •

Capítulo 87

Me fijo más en su vestimenta. Lleva uniforme. ¡Es un puto policía!
_____ : Perdone, emmm, yo... Pensé que quería hacerme daño.
El hombre me mira sorprendido.
XxX: ¿Tn, verdad?
Yo solo asiento y escucho a alguien acercándose. Puedo ver a Rodrigo.
Rodrigo: ¡Tn! Gracias a Dios que estás bien... - me abraza con fuerza - ¿Y Christopher?
_____ : No lo sé. Se abalanzó sobre Sebas para defenderme.
XxX: ¿Dónde ha ocurrido eso señorita? - pregunta el hombre -
_____ : Arriba.
El hombre asiente y saca un walkie-talkie de su chaqueta. Unos segundos después estaba rodeada de oficiales.
XxX: ¡Subamos!
Rodrigo y yo estamos a punto de seguirlos, pero el hombre me detiene y me sonríe.
XxX: Siento mucho lo que te ha pasado - asentí y le sonreí con las pocas fuerzas que me quedaban - Perdón por no haberme presentado formalmente. Me llamo Harry. Mucho gusto.
Harry extiende su mano y me mira con una sonrisa. Yo sé la acepto y nos damos un pequeño apretón de manos.
_____ : Creo que tú a mi ya me conoces...
Harry: Digamos que soy estricto a la hora de abrir un caso.
Asiento. Toda esta conversación ha pasado muy rápido, pero igualmente creo que no es el momento.
Me apresuro a seguir a los hombres, pero una vez más de detiene.
Harry: Tn. No puedo dejarte subir ahí.
_____ : Perdóname Harry, pero no creo que necesite tu permiso para ir a buscar a mi amigo.
Harry: Dudo mucho que se trate sólo de un amigo hablando así de él.
_____ : Preferimos no ponerle etiquetas.
Harry: Entiendo... Hagamos una cosa. Yo te permito subir a rescatar a tu amigo si tú me dejas llamarte algún día de estos.
Harry es guapo, pero me parece una falta de respeto que me diga esto mientras que Chris está arriba, no se si en buen o en mal estado.
_____ : Acepto - miento apresuradamente -
Con los oficiales delante, comenzamos a subir las escaleras.
Hoy está siendo uno de esos días de mierda. Casualmente los peores días de mi vida los he pasado mientras estaba con Christopher, pero también los mejores.
Aquí estoy, en ropa interior, con las mejillas negras por culpa del rímel al llorar, y con la mirada perdida.
Vamos subiendo sigilosamente las escaleras cuando de pronto un ruido oscuro me saca de mis pensamientos.