• 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀𝐁𝐋𝐄𝐒 •

Capítulo 83

Rodrigo: Relájate Chris. No lograremos nada apresurándonos.
No, no lograremos nada apresurándonos, pero tampoco sin abrir esa puta puerta. Mi instinto me dice que corra para abrirla.
Esperamos otro tanto, pero no aguanto más. Por un momento pienso en abrirla y mandar todo al diablo, cuando de pronto la puerta se abre y Sebastian sale colocándose la corbata.
Mike: ¿Qué ha pasado?
Sebastian: Nada que pueda interesarte.
Mike: ¿Pero está bien?
Tal vez me equivoqué un poco y en verdad la quiera. Muy en el fondo, la sigue amando. Está claro que Sebastian no le ha enseñado lo que le está haciendo.
Sebastian: No te preocupes por eso.
Sebastián se voltea para irse, pero se detiene cuando ve a Mike cerrando la puerta.
Sebastian: No hace falta que la cierres. No creo que se pueda levantar.
Mike traga saliva y sigue a Sebastian hasta el piso de arriba.
Estoy a punto de levantarme, pero Rodrigo me detiene justo cuando Sebas baja de nuevo para picar a la puerta.
Sebastian: ¿Qué princesita? ¿Te traigo algo o estás bien?
Nada se escucha de vuelta, sólo sollozos de parte de Tn. El muy hijo de puta se ríe y vuelve a subir las escaleras.
Esperamos unos minutos en silencio hasta que Rodrigo lo decidió.
Rodrigo: Ahora sí... ¡Vamos!
Me paro en frente de la puerta con miedo a lo que pueda haber detrás.
Rodrigo: Puedo abrirla yo si quieres.
Christopher: No - le contesto en un susurro -
Con cuidado bajo la manija de la puerta y la empujo hacia a dentro.
Veo una habitación vacía, con sólo un colchón y una cámara. La ropa de Tn está en una esquina y las lágrimas no paran de caer por mi rostro.
Rodrigo: No está aquí.
Es imposible. Los dos la escuchamos sollozar.
De pronto escucho unos golpes provenientes de la pared. Acerco mi oído a esta y no tardo en descubrir otra puerta oculta. La abro y ahí está ella.
Tumbada en un viejo colchón con sólo su lencería puesta.
Me acercó hacia ella y sostengo su cuerpo en mis brazos. Está sangrando. Le han hecho una herida en el brazo y tiene moratones por todo el cuerpo.
Christopher: Mi amor, ¿Pero qué te han hecho?
Tn: Chris - solloza con la poca voz que le queda - Ayúdame.