• 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀𝐁𝐋𝐄𝐒 •

Capítulo 54

Unos minutos después Chis dejó de aferrar sus manos a mi cabello, y juntó nuestros rostros sujetándome el mentón. Nos besamos intercambiando el sabor de nuestras lenguas.

Christopher: Dime preciosa, ¿Cómo lo quieres? ¿Fuego rápido o lento? - sacó un preservativo del cajón -

_____ : Lento - susurré y él sonrió. Me gustaba sentirle dentro de mi -

De un momento a otro se posicionó en la enterada, y cuando me di cuenta, ya estaba dentro. Me encantaba sentir como me llenaba por completo. Estuvimos así por un tiempo, con nuestras respiraciones agitadas y nuestros cuerpos sudorosos.

Excitados entre gemidos al fin llegamos al orgasmos y descansé mi cabeza sobre su pecho. Él nos cubrió con las sábanas.

Christopher: Vaya - suspiró - debo de admitir que has mejorado. No fue tan intenso la última vez que lo hicimos en una cama.

_____ : ¿A caso no fue tan intenso en la oficina? - apoyé mi cabeza contra su pecho y miré hacia arriba -

Christopher: En la oficina no se pueden hacer tantas cosas. Es mucho más incómodo - dijo obvio -

_____ : - Le lancé una mirada asesina - Eso ya lo veremos - sonreí -

Christopher: Sí, pero ahora descansa pequeña pervertida - bajó un poco su cabeza para chocar su nariz contra la mía y darme un beso -

[Al día siguiente]

Miro hacia mi escritorio y me levanto de la silla. Me apetece ir a ver a Chris. Sé que no deberíamos, pero al fin y al cabo, los empleados deben de obedecer al jefe. Llego a su puerta y pico dos veces pero no recibo respuesta. Al ver que no contesta, decido picar de nuevo, y al no escuchar su voz entro sigilosamente.

Al entrar en su despacho puedo ver su cara blanca como si recién le hubiera pegado un susto. Nada de lo que estaba pasando encajaba en mi cabeza.

_____ : Perdón, yo... - abrí de nuevo la puerta para salir -

Christopher: No, no pasa nada - me interrumpe -

_____ : Chr... Christopher - tartamudeo - ¿Qué te ha pasado? - me acercó hasta él y me apoyó en su hombro -

En ese momento no entendía nada, sólo quería apoyarle en lo que fuera y darle mi ayuda. Su expresión no me daba pistas sobre lo que ocurría, cuando de pronto vi que en su mano sostenía un papel.