Sebastian se gira mirando hacia a Christopher y se agacha para besarme el cuello. Intento mantenerme firme y apartarme, pero no lo consigo.
Por cada lamida que me pega siento que voy perdiendo más mi dignidad. Va bajando sus besos por mi cuello hasta mi clavícula cuando se detiene.
Sebastian: ¿Qué se siente? - Mira a Chris -
Christopher sólo aguanta sin decir nada mientras que Mike lo sostiene.
Mike: Seb, ¿Creo que ya es suficiente?
Sebastian: ¿Por qué? Si estamos pasando un buen rato ¿A qué sí? - posa en mi su mirada -
Yo simplemente asiento mientras que las lágrimas se deslizan por mis mejillas. Cada vez presiona con más fuerza la pistola a mi cabeza.
Mike: Seb, déjala ya.
Sebastian hace caso omiso de sus palabras y sigue succionando mi cuello.
Mike: Dijimos que ella no entraba en el lote. Sólo ibas a dañar a Christopher.
Sebastián: Si prefieres llevarte a Christopher para no verlo no es mi problema.
Sebastian siguió y Mike se calló. Por su aspecto creo que él no lo tenía planeado, igualmente no se merece mi perdón.
Unos minutos después Sebastian estaba encima de mi. Sin darme cuenta Christopher se incorporó y se abalanzó encima de Sebastian. Pude ver a Mike con las ataduras de Chris en sus manos.
Mike me ayuda a levantarme mientras que yo quito mis tacones.
Mike: Toma - me entrega una navaja - Corre y llama a alguien que nos ayude.
_____ : ¡No! No me pienso ir sin Christopher.
Mike: Tn, se que te he fallado, pero por una vez más... Confía en mi.
Agarro su navaja y asiento. Por ahora Chris está encima de Sebastian, por lo que todo va bien.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras. Escucho unos pasos provenientes de abajo. Me asusto y me escondo en el recoveco que crea la pared quedando oculta a las escaleras.
Un hombre se acerca y voy a clavarle la navaja, pero el me sostiene el brazo.
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• 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀𝐁𝐋𝐄𝐒 •
Teen FictionChristopher Briant, un famoso empresario por tener un pasado oscuro despide a su secretaria debido a que esta amenaza con contarle todo sobre su romance a su mujer. Hasta que de pronto llega su nueva secretaria, reavivando la llama del pasado, reco...