⚡🌟|Capítulo 23|Una Historia Con Final Feliz|⚡🌟

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Si dijera un momento en el cual fui demasiado feliz, estoy seguro que respondería de inmediato que fue el momento en el que me tomaste con los brazos abiertos. Me hiciste tu familia.

En casi toda mi niñez, recuerdo las sucias y frías paredes del orfanato.
Podría decirse que no es un muy grato recuerdo, ¿Pero qué se le puede hacer? No podemos devolver el tiempo y cambiar el pasado, es imposible.

Todos los niños que estaban allí, eran muy crueles conmigo, que irónico es saber que a todos y cada uno de ellos los adoptaron primero que a mi.
¿Es porque soy un llorón? ¿Es porque soy un cobarde?
¿Es por cada uno de mis defectos que la gente no me quiere?
Pues no puedo hacer nada con eso, es triste pensarlo, pero no puedo cambiar lo que ya soy.

-¡Niños es hora de comer! -La voz de la instructora llamó la atención de todos, que rápidamente fueron apresurándose para ir al comedor.

Hice lo mismo también, pero más lento.

-Hey tu, ¿Tienes mucha hambre? -Un niño me llamó, a lo que yo sólo asentí -Pues ten-No bastó un segundo para reaccionar, para sentir toda la sopa que me habían servido, escurrir por mi cabeza.

Se oían las burlas de todos, y para completar la instructora no decía absolutamente nada.
Tan sólo estaba yo ahí, apunto de soltar las lágrimas.

Salí de allí a todo dar, no podía más.
Duele el saber que eres odiado, el que no sirves para nada, el hecho de que eres sólo un desperdicio de oxígeno.

Me escondí en unos arbustos del patio, iba allí cada vez que me sentía triste.

Al estar cerca un estanque limpié mi cabeza, estar sucio de comida era muy incómodo.
Luego de eso me acomode entre las raíces de un árbol y tiré la mirada al cielo.

-Me gustaría estar allí, donde no haya dolor, y sólo una fresca brisa te envuelva hasta quedarte dormido... Tan sólo.. Me gustaría morir de una vez por todas.

Decía para mi mismo, no sabía cuantas veces había tenido ese pensamiento, dolía, dolía mucho porque era cierto.
No tengo una familia, no tengo un lugar para el cual ir, no tengo un lugar para el cual volver.

-Todavía eres muy joven, vive -Una voz más anciana resonó cerca de mi, asustándome como resultado.
No sabía quién era ese señor, pero sus palabras me hicieron volver a formularme una pregunta.

«¿Siquiera estoy vivo?»

-Señor, ¿Usted quién es?-

-¿Yo? Mmm... ¿Un solitario viejo..? -

Su respuesta por alguna razón me causó gracia.

-Yo sé quién soy, ahora, ¿Quién eres tú? -

-Yo... Sólo soy un niño no deseado-

No mentí, era cierto.
Mis padres tan sólo me mantuvieron hasta los dos años, al parecer yo era una "molestia".
Y no los culpo, osea, ¿Quién en el mundo me podría llegar a querer?.

-Nadie es "no-deseado ". Todos existen por una razón-

Sus palabras eran raras, no las entendía.
¿Acaso quería decirme algo? Le hubiese agradecido mucho que fuera más específico.
Pero a pesar de no tener idea de lo que decía, me sentía bien, era un sentimiento raro.

-Señor, no lo entiendo -

Admití con vergüenza.

-No hace falta entender, sólo siéntelo-

En fin, ese día recuerdo que fue muy agradable. Fue el único día que me sentí feliz en ese orfanato.
Pasamos hablando toda la tarde, fue muy divertido, todavía recuerdo cómo me sentía en ese momento.

Al día siguiente, el mismo señor vino al orfanato, al parecer estaba buscando una persona con la cual pasar sus solitarios días.
Que suertudo iba a ser la persona que él eligiera. Iba a ser feliz y no le iba a faltar amor. Hasta podía sentir un poco de envidia.

-Bien niños, a la persona que el señor de acá va a adoptar es.. -

Oh .. Allí vamos, ya no quería escuchar.

-Agatsuma.. ¿Zenitsu? -

O si.. Que bien por esa persona...¿Espera qué?

Me gire para asegurarme si por casualidad de la vida alguien tenía el mismo nombre que yo, pero no, sólo había una persona llamada así en el orfanato... Yo.

Fije mi vista en ese señor, el tan sólo me veía con una sonrisa, una sonrisa comprensiva.
Caminé tímidamente hacia él, él tomó mi mano y nos fuimos de allí.
Estaba tembloroso, pero por alguna razón no tenía miedo, cosa que acostumbraba a tener muy seguido.

-Señor... ¿Porqué me eligió a mi? -

No aguanté, quería saber, hay muchas mejores opciones para elegir.
Entonces ¿Por qué yo? ¿Por qué?

-No hay una razón en específico, solamente lo quise así -

Y me sonrió, ¿No había una razón? Que es esto.. Ya no entiendo nada.
Luego de adoptarme formalmente, llegamos a una casa, según yo era la de él.
Tenía una apariencia a esas casas tradicionales de Japón, me gustó mucho.
Entramos pero no había nadie, ahora sólo estábamos los dos nada más.

-Ah si, se me olvidaba. Puedes llamarme abuelo, desde ahora somos familia-

¿Familia?
¿Una familia de verdad?
¿Era enserio?
¿Ahora podré tener una familia?
¿Podré ser feliz?
¿Podré ser querido?

Mis lágrimas no lo aguantaron y brotaron, normalmente lloraría por miedo, por tristeza, pero ahora mismo no era ninguna de las dos, estaba sintiendo una inmensa felicidad.

Mi llanto cesó luego de unos minutos, el abuelo me regañó por hacer eso tan de repente, me dijo que lo había asustado.
Pero no importaba, estaba alegre y mi cuerpo no podía ocultarlo.

Pasó el tiempo y hasta ahora he vivido con el abuelo.
A pesar de ser a veces una persona gruñona, puede ser muy amable.
Se quedaba conmigo cuando no podía dormir, por las noches me contaba muchas historias.

Luego de salir del orfanato, al ser adoptado por el abuelo, mi vida ha estado llena de recuerdos gratos y felices, los cuales aprecio con toda mi vida entera.

Abuelo, estoy realmente agradecido contigo.
Por elegirme de entre tantos niños, por darme una oportunidad para ser feliz, por darme un hogar y la calidez que tanto anhelaba, por tantas cosas que si las mencionara todas no acabaría hoy.
Pero más que todo eso, por ser mi familia.
Gracias a ti, ahora tengo un lugar al cual volver.

«Con amor; tu nieto Zenitsu»

Días Recurrentes | Kimetsu No Yaiba AU Escolar |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora