Capítulo 12

8.1K 761 136
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo XII:Enamorarse

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo XII:
Enamorarse

—¿Podrías cerrar la boca y secarte de una puta vez, mujer? No tengo todo el maldito día.














Horas después...

—Bien, entremos estos autos. Los estacionaremos al oeste del lote.— Fue indicando Rick. Carol fue la primera en acatar la orden, moviendo una de las camionetas.— Después de eso, hay que cargar estos cadáveres para quemarlos.—Señaló.— Será un día largo.

Suspiré. El calor que hacia era asqueroso, pero no quedaba de otra, los cadáveres no eran una bonita decoración en nuestro patio.

Luego de mover algunos cuerpos, alcé la vista al patio de la prisión. Pude ver la sonrisa de Neferet desde lejos, parloteando como de costumbre, acompañada de T-Dog.

Giré mis ojos. Esa desgraciada ni siquiera se esfuerza en coquetear, trae a todos encantados con su puta sonrisa. T- Dog ahora mismo parece un puberto enamorado a su lado, aunque debe ser de quien menos me tengo que preocupar.

Cuando se acercaron lo suficiente a nosotros, a la par llegó Carol. No me pasó desapercibida su mueca transformándose a una despectiva y desafiante, como si entre perros ella tratara de marcar un territorio.

Neferet era un caso aparte. Venía en su propio mundo, contándole probablemente a T de sus típicas tonterías que lo estaban haciendo reír.

—Cielos, esta chica es terrible. —Comentó el moreno, secándose una lágrima de diversión.—Rick, ella quiere ayudar.

Giré mis ojos una vez más y fui por otro cuerpo. La camioneta estaba a nada de distancia, así que seguí escuchando lo que decían.

—Creí que Glenn te estaba vigilando.—Mencionó Rick, acercándose a ella.

—¿Verdad? Yo creía lo mismo. —Bromeó ella. La miré.

No sonrías, imbécil.

—La celda estaba abierta, pero ella seguía adentro.— Explicó T. Oí a Carol murmurar un "Qué desgracia" al instante. ¿Cuál es su problema? —Creí que sería bueno tomar un poco de sol.—Continuó.

Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora