Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]

Capítulo 51

Capítulo LI:
Tú También Debes

A la mañana siguiente, en el bosque...

—¿Qué opinan? — finalizó Neferet, luego de explicar el plan.

—Entremos por la noche, cuando esté vacía. — Carol fue la primera en apoyarla.

—¿Cómo?— planteó Rick.— De noche cierran con llave. —

—Por la ventana. Puedo dejar abierto el seguro. —

—¿Sólo un seguro? — le replicó el sherif con sarcasmo.

—Que sí. —bufó la circense, fastidiada. ¿Cuantas aclaraciones necesitaba ese idiota?

—¿Y si alguno de esos imbéciles lo cierra? —planteó Dixon.

—Esperamos unos días y volvemos  abrirlo. — fue la respuesta de Neferet, antes de cruzar sus brazos por encima de su pecho. —Puede que necesitemos más armas. Puede que no. —

Daryl simplemente contempló su firmeza con respecto al tema.

—Las necesitaremos. — Carol retomó el tema al ver ese efímero juego de miradas entre el ballestero y la circense .— Pase lo que pase.—

—No conocí a nadie con tanta suerte. —bufó Rick, malhumorado.  —Y cada vez les va mejor. —

—¿Por qué lo dices? — Daryl guió su mirada hacia su amigo.

—Llegamos nosotros. —le respondió con simpleza.

—¿Y luego de ver que capturan caminantes por venganza?—recordó la circenses, enojada.— Sí, si la tienen. —

—Tienen un par de baúles llenos de automáticas de nueve milímetros, Róger, Kel-Tec, todas ahí tiradas. — aportó Carol.

—Y no las usan. —afirmó Neferet.— No se darán cuenta.—

Dixon volvió a mirarla en ese entonces.

Su curiosidad estaba a punto de desbordar tratando de descubrir qué le sucedía a la pelinaranja. Notando algo impropio dentro de ella, incubando desde las sombras; algo que se estaba adueñando de su razón y su pureza. Algo que nunca habia visto desde que aquel día en que la conoció: Oscuridad.

—Escuchen...—pidió Rick. —Los demás... Queremos que lo intenten. —

—Ustedes también. — Carol señaló al ballestero y a la circense. Mirándolos como el par de inadaptados que casi dejan sin vida a Nicholas y Aiden.

—Así que no digamos nada. Solo nosotros. —concluyó Rick.

Un par de ramas se sacudieron en ese entonces y el caminante que los había seguido toda la mañana apareció delante del grupo.