Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]

Capítulo 78

Capítulo LXXVIII:
Tequila

Daryl sintió que la mano de la circense dejaba de apretar la suya.

Las lágrimas se escaparon de sus ojos y una sonrisa de emoción adornó sus bonitos labios.

-¿Ma... Ma-maggie? -tartamudeó torpe, producto de las emociones acumuladas queriendo explotar a cada segundo.

La castaña le sonrió, también entre lágrimas, y extendió sus brazos con puras intenciones de recibirla.

Neferet no dudó en correr hacia ella para abrazarla con fuerza.

-Cuidado, cuidado... -rió divertida. -Hay un hijo en el horno. -le recordó. Saber eso hizo que la pelinaranja rebase de alegría. Le abrazó con mucho cariño, pero con un poco más de delicadeza.

-Me parece haber visto una linda pelinaranja. -la voz de Jesús sonó detrás de ellas. La circense se separó de la castaña y se abalanzó hacia su amigo para darle un fuerte y desesperado abrazo.

Jesús se acomodó en su cuello y abrazó su cintura con necesidad.

Rosita, Sasha y Enid llegaron después.

Maggie le sonrió cariñosa al cazador y lo abrazó sabiendo que a él le costaría aquello por lo tímido que era. Pero este notó algo extraño mientras correspondía y miraba sobre su hombro.

Y ese algo era...

Jesús.

-Nef...-Maggie la llamó mientras acariciaba su vientre. -¿quieres verlo? -

[•••]

Harlan frotó aquel gel en el vientre de Maggie para luego deslizar el ecógrafo sobre su piel.

Neferet soltó una risita al ver aquella pequeña mancha que en algún futuro se convertiría en el hijo de la castaña.

Era algo hermoso. Entre tanta oscuridad, aquello era luz y esperanza. Y, junto con Judith y Nilo, serían el motivo más fuerte por el cual luchar.