Capítulo 14

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Capítulo XIV:Nace una Estrella

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Capítulo XIV:
Nace una Estrella


Neferet avanzó por el pabellón. La palanca era la única arma que sabía utilizar y estaba en su posesión ahora mientras guiaba a una madre y su hijo hacia una zona segura, aunque claro que ni ella misma sabía dónde podría existir algo como aquello, aún así lo intentaría.

Tomó el camino por la derecha y los muertos de pronto aparecieron desaforados e histéricos. Al instante guió a Lori y a Carl a través del pasillo, protegiendo a la vez sus espaldas. Alcanzó a cerrar la puerta un segundo antes de que los muertos la atraparan.

Respiró aliviada por aquello y de pronto observó la mirada furiosa de Lori.

—¿Pero qué has hecho? Nos trajiste a un maldito callejón sin salida.

Neferet suspiró.

Esto apenas acababa de comenzar.

Daryl.

Cortando camino, nos abrimos paso por la zona que le pertenecía a Axel y Oscar, y llegamos al patio donde se originó todo este desastre.

—¿Qué pasó? — Indagó Rick. Beth y Hershel se encontraban resguardados tras una malla.

—La reja estaba abierta.— Respondió Hershel. ¿Cómo mierda es que..?

—¿Dónde están Lori y Carl?

—La mujer de cabello naranja los llevó al bloque C. —Señaló.

—Mordieron a T.—Agregó Beth.

Mierda...

—¿Alguien más?

—No.

—Okay. — Finalizó, arrojándole las llaves. Me dispuse a acabar con los dos muertos que quedaban y luego nos reunimos Rick, Glenn y yo.

—Esas rejas no se abrieron solas.—Acusó Glenn.— Alguien tuvo que usar un hacha o unas tenazas.

Sentí la mirada de Rick sobre mi, estaba furioso.

—Daryl, si esa mujer se atreve a hacerles algo...— Caminó amenazante hacia mi. Lo enfrenté.

—No hay tiempo para tus putas estupideces.—Espeté y luego señalé el pabellón.— Ella hizo lo que hizo para salvar a tu familia. Tu hijo y tu esposa podrían estar muertos de no ser por ella.

—No creo que Neferet lo hiciera.—Glenn me apoyó.— ¿No creen que... —Observó a los reclusos. —fueron ellos? 

Rick quitó su mirada de mi.

—Si no fue ella, no veo quién más que esos dos.— Asintió de acuerdo. Quisimos avanzar, pero, como si fuera poco, la situación empeoró todavía más.

Y una irritante alarma comenzó a sonar a lo largo y ancho de toda la extensión de la cárcel.

Debe ser una puta broma.

Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora