Capítulo LXXIV:
Voltea
—¡No! De ningún modo. Ese no era el trato. —puntualizó Gregory, moviéndose nerviosamente de un lado al otro tras su escritorio. —Ustedes juraron que eliminarían a los salvadores, pero no cumplieron. Así que cualquier trato que tuviéramos queda nulo. Sin ningún efecto.
No somos socios, no somos amigos y nunca nos reunimos. No nos conocemos. —concluyó, sentándose cansado en su silla, pero luego observó las duras miradas de los demás y volvió a defenderse. —No estoy en deuda con ustedes. Ustedes están en deuda conmigo por recibir a los refugiados pese al gran riesgo personal. ——Oh, si. Fuiste muy valiente al quedarte adentro, mientras Maggie y Sasha salvaban el lugar. Tu coraje fue inspirador. —espetó Jesús, pues el día del ataque Gregory a lo sumo se había asomado por la ventana. Él no era un luchador y su especialidad no era otra más que salvar su propio trasero.
—Oye.—protestó.—¿Tú no trabajas conmigo? ¿No somos amigos? —
—Gregory, ya empezamos esto. —sentenció Rick, harto de su comportamiento.
—Fueron ustedes. —corrigió.
—Fuimos nosotros. Y vamos a ganar. —
—Ellos son asesinos. —enfatizó dramático.
—¿Deseas vivir de este modo? ¿Sometido, viendo cómo matan a tu gente? —
—A veces uno no puede elegir cómo desea vivir. A veces, Ricky, uno debe conformarse con lo que tiene. —
—¿De cuántas personas podemos prescindir?¿cuántas personas saben luchar? —cuestionó Maggie.
—¿"Podemos? "—rió.—No tengo idea de cuánto somos, Margaret. ¿Tiene alguna importancia?¿qué van a hacer? ¿Formar un pelotón con cultivadores de sorgo? Porque es lo que tenemos. Gente que cultiva cosas. No querrán luchar. —
—Se equivoca. —intercedió Tara. —Si la gente puede hacer lo correcto, suele hacerlo. La gente... —
—Detente, detente. Deja que te interrumpa antes de que empieces a cantar. —
Tara golpeó sus costados con indignación.
—A propósito, ¿quién entrenaría a toda esta carne de cañon? —
—Yo.—
—Deme una semana. —
Desafiaron Rosita y Sasha.
—Era una pregunta retórica. —canturreó.—¿Okay? No quiero saberlo. No quiero escuchar una palabra de esto. —
—Estaríamos mejor sin los salvadores, ¿si o no? —cuestionó Rick con hartazgo.
—Si, claro. —contesto con obviedad.
—Entonces... —intercedió Michonne. —¿Qué hará para resolver el problema? —
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Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]
Fiksi PenggemarU.T.E.E.F.D.M -Primera Parte- Estaba harta de ir por la vida con su traje azul lleno de distintos tipos de sangre de las cuales no tenía idea a quién le pertenecía; sin embargo, aquello se volvió normal. El fin del mundo había llegado y ahora el mu...