Capítulo 56

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Capítulo LVI:

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Capítulo LVI:

Ahora La Vida Es Así

Colocó las manoplas en sus manos, abrió el horno, y así, Carol metió el delicioso pastel.

Cronometró los minutos, llegando a una hora y media, y observó por la Cámara de vigilancia el que Judith y Nilo siguieran plácidamente dormidos uno al lado del otro. Así fue.

Suspiró y decidió mirar por la ventana.

La señora Neumedeyer estaba ahí y Carol negó con su cabeza al verla fumar tan despreocupada.

Pero todo se fue al demonio cuando un tipo apareció de la nada y clavó un hacha sobre el costado de la fumadora. Neumadeyer se retorció agonizante sobre el suelo y aquel sanguinario hombre se regocijó con muchos hachazos más.

Los gritos comenzaron a resonar en la comunidad.  Deanna , quien estaba con Maggie en esos momentos, observó alarmas a su vigía.

—¡Richard! ¡Qué sucede ahí dentro! —

Richard no pudo contestar, ya que una molotov se estrelló contra muralla y luego sobre él, haciéndolo caer muerto mientras se calcinaba en el aire.

El humo se esparció. Maggie apuntó con su arma a varios hombres que trepaba la muralla, pero su vista estaba obstruida, por lo que optó por adentrarse de nuevo a la comunidad.

Carol llegó junto a Carl, este ya portaba un rifle en sus manos, a sabiendas de la catástrofe que acababa de desatarse en el exterior.

—Ví desde arriba. Vienen de todas partes. —alertó el muchacho.

—Quédate aquí y cuida de Judith. —pidió antes de marchar hacia aquel evento de violencia y sangre.

A los pocos minutos, un ruido en la entrada alertó al hijo mayor de Grimes. Este se escondió al pegarse contra la pared y cuando la puerta fue abierta, encaró...

—¿Por qué no tocaste? —le preguntó a la joven Enid con mucho alivio de verla.

—Tenía estas. —le enseño un juego de llaves. —No quería dejarselas a otro.Y quería despedirme. —

—Vigila la puerta de atrás. Dime si los ves. —ordenó.

—No me quedaré. —

—No irás a ningún lado. Siéntate. Me ayudarás a proteger a Judith. No entraran a esta casa. —

Con esta condición, Enid quitó la mochila que cargaba en su espalda y, al sentarse sobre el suelo, pegó su espalda a la de Carl. A la espera de cualquier amenaza que se presente.

Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora