Capítulo 39

3.4K 322 33
                                    

Capítulo XXXIX:Flores Amarillas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo XXXIX:
Flores Amarillas

—No esperaba que fueras tú, pero si confieso que siempre quise tener un arma a punto de volarte la cabeza... —

Neferet sonrió de oreja a oreja y volteó como si fuera lo más casual del mundo.

—Mi buena amiga, Carol. Que gusto. ¿No gustas pasar a tomar una tacita de café? —

Carol inevitablemente bajó su mirada hacia su crecido vientre y no pudo evitar sorprenderse de repente.

Neferet lo notó y también  dirigió su vista hacia allí.

—Lindo, ¿no? Voy a llamarlo "Inesperado" Porque... Ya sabes, de repente... Bueno, eso... — esquivó su mirada apenas se encontró con la de la peliplateada, la cual era dura como una roca y salvaje como la de un perro rabioso.

—¿Es de Daryl? —preguntó, aunque su tono sonó más bien a una afirmación.

La pelinaranja balbuceó algunas incoherencias hasta que finalmente respondió:

—Si... Biológicamente. —expresó despreocupada.

—¿Dónde está él? —

— No lo sé. Apenas volví de la expedición me dormí y... Pasó lo que pasó y estoy sola desde ese enton... Aguarda... —frunció su entrecejo, intentando recordar. —Tú no estabas, ¿cierto? —

Carol bajó por fin su arma y negó.

—Oh diablos, no me digas que debo explicar... —

—No. Lo sé, todo. —entonces, con su arma señaló en dirección de la casa. Neferet volteó y sorprendida abrió los ojos a más no poder, encontrándose con Tyreese, Mika y Lizzie.

Un pequeño sollozo salió de sus labios inmediatamente cuando presenció esto y con tranquilidad se dirigió junto a la peliplateada al encuentro con sus renacidos amigos.

—Hola, niñas. —les saludó , abrazando a cada una con un brazo para luego llegar hacia los de Ty. —Hola... Hola... —sollozó alegre.

—Hay alguien más... —anunció el moreno, emocionando aún mas a su compañera.

¿Acaso será Carl? ¿Michonne? ¿Beth? Se preguntó emocionada, no esperó más y cruzó hacia el interior.

Apenas la vio, se arrodilló frente a ella, no cabiendo en la inmensa felicidad que de repente sintió en su cuerpo.

—Jude... —tomó a la bebé en brazos, la cual solo daba pataditas y metía sus puños en su boca, sin comprender nada de su exterior. —Jude... —lloró pacifica, apretando a la pequeña contra su pecho.

—Las niñas la encontraron. Estuvieron a punto de matarla. —explicó Tyreese. —Luego vinieron hacia mi y en las vías me encontré con Carol. Planeamos ir a Terminus. —

Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora