Capítulo 37

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Capítulo XXXVII: Libertad

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Capítulo XXXVII: Libertad

—Primero, yo digo algo que nunca  hice, y si tú lo hiciste, bebes. Si no, yo bebo. Luego cambiamos. — Explicó Beth. Yo seguía sin entender mucho, pero accedí a su juego y no sé por qué.  —¿De verdad no conoces este juego?

—Nunca necesité de un juego para emborracharme. —Dije únicamente.

—Espera, ¿ya empezamos?

—¿Cómo conoces este juego?—Indagué.

—Mis amigos jugaban. Yo observaba. —Aclaró. —De acuerdo, yo empiezo:
nunca disparé una ballesta. Así que tu bebes.

¿Eso es todo?

—No parece muy divertido. —Dije, dando un sorbo.

—Sólo entrábamos en calor. Ahora te toca a ti.

¿Qué rayos se supone que diga?

—No sé.

—Dí lo primero que se te ocurra. —Instó.

—Nunca salí de Georgia.

—¿En serio? De acuerdo. Buena. —Bebió.—Yo nunca me emborraché e hice algo que lamentara después.

¿En verdad? Yo hice muchas cosas.

Bebí. Y continué con mi turno.

—Nunca me fui de vacaciones.

Eso pareció sorprenderla.

—¿Ni de campamento?

—No, eso fue algo que tuve que aprender para cazar. —Le expliqué.

—¿Te enseñó tu papá?

¿Se podría decir que sí? A los golpes no sé si eso cuenta como enseñanza...

—De acuerdo. —Volvió a beber. —Nunca estuve en la cárcel...

Claro... eso es lo que piensa de mi. Apenas le revelo unas pocas trazas de mi mierda de pasado y con eso saca sus conclusiones.

—¿Eso es lo que piensas de mi? —La encaré.

—No me refería a nada grave. Imaginé algo así como una borrachera. —Se excusó.—Hasta ni papá estuvo preso por eso en su época.

Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora