Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]

Capítulo 31

Capítulo XXXI: En Las Últimas

—No es mío. — Se apresuró a decir.

Neferet apenas parpadeó, como si su rostro se hubiera congelado al escuchar tales palabras, como si el tiempo se hubiera detenido en ese preciso instante. Una sombra de incredulidad la nubló. Su boca quedó entreabierta, incapaz de formar palabras, mientras su respiración se volvía irregular.

—¿Qué?— Dijo como pudo, con un nudo amargo formándose en su garganta.

—Siempre nos hemos cuidado.—Escupió Dixon con un desprecio repentino y tan palpable. —No seas hipócrita. 

Su poco tacto convirtió esa sorpresa en el rostro de Neferet en un dolor agudo, visible en el brillo de sus ojos, que ahora se llenaban de lágrimas.

Sus manos, antes relajadas, se cerraron en puños temblorosos, expresando la tensión y la impotencia de no poder cambiar lo que acababa de escuchar.

—¿Sí?—Espeta ella.— Pues te tengo una noticia, amiguito: Todos los anticonceptivos pueden fallar.

—No me vengas con esas patrañas, Neferet. ¡¿Es que...?! —No pudo terminar, quería romper lo que fuera, desquitarse, liberar esa ira que lo había envuelto. Caminó un lado a otro, como si fuera una bestia caminando entre cuatro paredes. Así se sentía en esos momentos: encerrado, sofocado. Miles de pensamientos cruzando por su cabeza y el que más lo desquiciaba, salió de su boca como una bocanada de veneno puro.  —Es de Rick, ¿verdad? — Soltó, mirando su espalda cuando se detuvo.

Nefera volteó lentamente. Totalmente impactada.

—¿Qué tiene que ver Rick con todo...?

—¡Deja de ser tan mierda, Neferet! —Interrumpió.—¡Admítelo de una buena vez!

—¿Disculpa? Hombre... Esto...—Señaló su vientre. — Es tuyo. —Aclaró nuevamente. Y trató de mantener la calma pensando que el cazador sólo estaba malinterpretando todo.