Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]

Capítulo 63

Capítulo LXIII:

Secuestradas

Nefera golpeó al caminante detrás de Maggie y volteó a mirarla apenas lo remató.

—Carol tiene razón, debes quedarte aquí. —afirmó preocupada.

Maggie le miró encolerizada; y Carol, preocupada.

Pero Nefera palideció al ver un completo desconocido detrás de Maggie, desdenfundando un arma. Rápidamente hizo lo mismo con la suya y le disparo al sujeto, haciéndolo caer de un balazo en el brazo.

Maggie tomó su arma y se acercó al tipo.

—Maldita sea, Maggie. Vámonos. —ordenó Carol.

—No hasta terminar. —

—¡Alto! —exclamaron por detrás. —O ella muere. —amenazó una mujer de cabello cobrizo claro, apuntándole a Carol. Una azabache llegó para apuntarle a su frente . Y una señora de edad avanzada se ocupó de amenazar a Neferet. —Armas, cuchillos, al suelo, ya mismo. —

Todas accedieron rápidamente.

—¿Que clase de arma es esa? —cuestionó la anciana de voz rasposa y pañuelo en la cabeza al ver que Nefera dejaba su mangual.

—Es la que va a hacer estallar tu cerebro, dulzura —sonrió la pelinaranja con una sonrisa hipócrita. La anciana rió satisfecha.

—Linda chaqueta... —siguió la del pañuelo al observar a Maggie.

—Para ser una asesina. —completó la azabache.

—Se la quitaremos antes de dispararles. —amenazó la mujer restante.

[•••]

Aceptando estar realmente tranquila, Nefera observó a la salvadora de edad avanzada realizándole un torniquete al quejumbroso tipo al que le había disparado; mientras la otra salvadora, de cabellos claros, observaba la base donde había ocurrido la balacera.

—No está bien hecho. Lo siento. No se detiene. —se quejó el hombre.

—Lo estoy ajustando. Cielos, aguarda. —

—Hija de perra. Me estás cortando la circulación. —

—Corazón, ese es el propósito. —bufó Nefera. La mujer rió ronca por su comentario.

Unos disparos resonaron en la base.

—¿qué fue eso? —cuestionó moviendo los binoculares, observando justo el momento en que Daryl tacleaba al salvador y Rick y los demás los rodeaban. —Es Primo. Maldición, lo atraparon. Dame el radio. —