Capítulo 71

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Capítulo LXXI:Te Amo, Negan

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Capítulo LXXI:
Te Amo, Negan

"Orgullo y Prejuicio" Era lo que la tapa de su desgastado libro decía en letras doradas. Un libro que le encantaba. Lo había leído miles de veces y ni aún así, se cansaba de hacerlo.

Pero esta vez era diferente.

Jesús cerró con frustración sus ojos a la vez que dejaba con pesar el libro sobre la mesa a su lado.

Habían sido ya varios días desde que Sasha llevó a Hilltop a una convaleciente Maggie; desde que se enterró a Glenn y Abraham; y desde que supo que Daryl y su mejor amiga se hallaba en serios problemas.

La pelinaranja era tan importante para él que sentirse inquieto no era una novedad.

Cerró sus ojos, recordando aquellos días en los que vagaban por las vías del tren. No era perfecto, ni idílico, pero estaban juntos y sentía bien.

Se incorporó y observó por la ventana. Los salvadores aún seguían en Hilltop, llevándose la mitad de sus cosas, como cada semana; con la diferencia de que en la noche anterior, por alguna razón desconocida, se adentraron estrepitosamente en la comunidad, dejando como regalo fuego y un parlante con música estridente, atrayendo obviamente a los caminantes.

Sasha se acercó hacia él. La frustración del castaño era palpable, podía sentirla en el ambiente y era algo con lo que ella lidiaba también.

—¿Puedes averiguar dónde vive Negan? —cuestionó de repente, sin sorprender al ojiazul, pues era valiente y escurridizo.

—Una de las camionetas regresa allí, así que...—vaciló mientras sonreía ante la alocada idea. —Si, puedo hacerlo. —

—¿Y podrás mantenerlo entre tú y yo? —

—¿Quieres que no le diga a Maggie? —cuestionó extrañado. La morena asintió mientras observaba por la ventana. —Eso no me gusta. —

—A mi tampoco. —

[•••]

Las puertas de Hilltop fueron cerradas y los seis camiones marcharon de allí.

Jesús corrió hacia el último y subió a la parte trasera, la cual estaba cubierta por cortinas plásticas , lo que para nada le impidió su intromisión.

Tomó una de las botellas de whisky y su picardía le obligó a dar un trago antes de vaciarla sobre la ruta.

—Hola.—oyó una voz masculina y joven. Entonces Jesús volteó y con una sonrisa curiosa contempló a Carl, escondido detrás de unas cajas.

[•••]

Jesús sintió el motor arrancando nuevamente luego de una parada de descanso.

Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora