Capítulo 30

4.4K 395 110
                                    

Capítulo XXX: Héroes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo XXX: Héroes

Daryl.

Ví la sangre salir de la boca de Henry cuando este tosía sin control. Sus ojos se encontraban desorbitados e hinchados y su piel era pálida como la de los muertos.

Glenn y Sasha me ayudaban a sostenerlo, ya que por culpa de esa puta tos convulsa se remueve sobre el suelo y Hershel no puede meter una de esas pequeñas sondas por su garganta para ayudarlo a respirar con la bolsa.

Toma una especie de pinza y empuja su mandíbula para poder abrir su boca y luego, lentamente introduce el tubo.

En eso, intento con todas mis fuerzas retener el maldito impulso de toser, viendo al mayor Greene enroscar una bolsa sobre el tubo, comenzando a apretarla cada cierto tiempo dándole aire a Henry.

Libre al fin, y sin poder aguantar, comienzo a toser, dejando restos de sangre y saliva sobre mi antebrazo.

Maldita sea. Creo que prefiero ser mordido antes que morir por una estupida gripe.

—Tomen un poco de eso. —Hershel señala el termo que contiene ese té con gusto a mierda. Bebo un poco antes de dárselo a Sasha y al chino, quien está más pálido que la mierda. —Vaya reunión de Concejo.

—Faltan dos miembros. —Comento pensando en Michonne y esa desgraciada que tiene mi ballesta...

Neferet...

—Deberíamos crear nuevas reglas antes de que regresen. En este acto, declaró que los miércoles serán martes de espagueti. — Lo miro, haciéndole notar lo estúpido que suena eso. —Primero hay que encontrar el spaghetti. — Comenta con gracia. — ¿Puedes encargarte? —Le pregunta a Sasha, esta asiente, a pesar de notarse la manera en la que lucha por mantenerse despierta.   Hershel deja la bolsa en su mano. — Aprieta cada cinco o seis segundos. Si empiezas a marearte, busca a alguien que te reemplace. Nos turnaremos. — Y ahora nos mira a nosotros. —¿Me ayudarán a hacer rondas?

—Claro. —Respondemos y ambos nos ponemos de pie. Mierda, me siento algo mareado.

—¿Cuánto tiempo lo mantendrá vivo?—Preguntá Glenn, mirando a Henry y con el tono en que lo dice, simplemente entiendo su punto. Esa bolsa es lo único que le impide a Henry morir ahora mismo, y está claro que en estos momentos agoniza. Sé que Hershel se está esforzando por todos nosotros, pero al menos yo puedo decir que prefiero un disparo antes de tener que depender de una maldita bolsa.

—Todo el que estemos dispuestos. Todo el que haga falta. —Contesta el viejo con determinación.

Bajamos las escaleras. No hay charla en ninguna de las celdas, sólo el sonido de la tos resonando por cada rincón.

Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora