Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]

Capítulo 5

Capítulo V:
La Dama Egipcia.

Claro que no iba a dejarla sola.

Había un sin fin de cosas que podrían pasarle y yo no iba a cargar con la culpa de eso.

Podía convertirse en comida de caminantes, alguien podría encontrarla y hacerle daño -aunque es poco probable-, etcétera.

Además capturarla me costó mucho trabajo y sería estúpido que de pronto, no sé, un caminante la atacara y todo se fuera a la mierda.

De todas formas... Ella no es mala persona. O así lo creo yo. Mi intención no es matarla, pese a que fue lo único que estuve gritando estos últimos días.

En fin, todo este tiempo me mantuve en la cercanía, pero no la suficiente como para que ella  pudiera notarme. Y es que esperaba a que se durmiera o desmayara en cualquier momento, y en cambio estuvo hablando activamente... ¡toda la maldita noche!

—Y esas manzanas con caramelo ¡Por Dios! ¡Sabían a vómito! No puedo creer que a la gente gastara su dinero en esas cosas y peor aún ¡Les gustaba! ¿Tú que opinas, Maria Antonia?

No estoy mintiendo, así estuvo toda la noche.

¿Por qué siempre lo fastidia todo?, Se supone que yo debía joderla a ella y ella es la que me jode a mi con su incesante voz y esa energía que tiene y parece no parar ni por un segundo.

Estúpida y sensual zanahoria hiperactiva.

¿Qué? Está buena.

En cuanto comienza otro de sus monólogos bufo y tomo de mala gana la ballesta. Me dirijo hacia ella y la encuentro en la misma posición que hace algunas horas.

—¡Ah, hola! —Dice al verme, con toda la normalidad del mundo. Como si no la tuviera presa en una de mis trampas.— Eres tú. Oye, estuvo muy mal lo de anoche.—¿Me está reprendiendo? — Y si quieres que lo nuestro funcione, no deberías dejarme plantada en nuestra cita.

Sonrío.

—¿Te quedaste con ganas de la cena?

Su mirada se oscurece.