Capítulo 66

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Capítulo LXVI:

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Capítulo LXVI:

Ultimo Día Sobre La Tierra

Con Abraham y Sasha como piloto y copiloto, respectivamente; Eugene, Aaron, Rick, Carl, Nefera y Maggie, marcharon hacia Hilltop,en una búsqueda urgente por Harlan.

[•••]

Nefera se acercó al pequeño cuarto de la casa rodante en marcha, donde Maggie reposaba.

A pesar de haberle preparado una camilla y una colchoneta en la que pudiera descansar, parecía que esto era, en realidad, una tortura para ella y se reflejaba en su respirar errático, la palidez en su piel , y las penosas ojeras bajo sus ojos.

—Hey.—se inclinó frente a ella y acarició su sudorosa frente por la fiebre.

—Hola.—

—Vamos a llegar. —le consoló ante su pésimo estado.—El médico de Hilltop nos ayudará. —

Maggie desconectó sus miradas al reprimir el desdesperado llanto que quería salir de su boca.

—¿Cómo lo sabes? —

—Porque todo lo que hicimos, lo hicimos juntos. Llegamos aquí juntos y aquí seguimos. Pasaron cosas, pero lograremos sobrevivir, porque nos mantuvimos todos unidos. Por eso lo sé. —aseguró con una sonrisa. —En tanto nos mantengamos unidos, podemos hacer lo que sea. —

Maggie dejó caer una lágrima y correspondió aquella sonrisa.

[•••]

—¿Qué diablos? — se cuestionó Abraham al ver un corte en la carretera, causado por ocho hombres, uno más sobre el suelo y tres camionetas. Rick se acercó rápidamente. —Enemigos cerca. —avisó.—¿Vamos a hacerlo? —

—No.— negó con su cabeza. —Nefera, quédate aquí. —indicó ante de salir con los demás, sin intenciones de atacar.

Bajaron entonces de la caravana, Rick mantuvo sus manos arriba, sosteniendo el rifle en una de ellas; los demás las mantuvieron bajas, saliendo del vehículo en fila.

El líder del grupo Salvador habló primero, señalando el tipo tirado tirado en el suelo, golpeado, probablemente, por ellos.

—Él es alguien que está con muchos otros que no obedecieron. —tiró a modo de advertencia.

Pero Rick ya había vencido a muchos, por lo que ni siquiera le importó realmente. No iba a morir hoy.

—Podemos hacer un trato. Aquí y ahora. —propuso.

—Si. Así es. —asintió quien tenía bigotes y cabello azabache, mezclado con canas blancas; y una actitud despreocupada mientras mascaba un chicle. —Dennos todas sus cosas. Probablemente tengamos que matar a uno. Así es esto. Pero luego podemos empezar a hacer negocios. Lo único que deben hacer, es obedecer. —

Último Trapecio En El Fin Del Mundo|| Daryl Dixon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora