A diferencia de lo que pensó en un principio, como todos sus planes en realidad, no pudo ser afuera del castillo su primera conversación con Jimin. Todo lo contrario, están encerrados en uno de los salones sin mucho uso del colegio debido a la lluvia torrencial. Un par de árboles se cayeron debido a la fuerza del viento y del agua cayendo.
Jimin está sentado en uno de los mesones viendo fuera y Jungkook, lejos, viéndolo fijamente como si eso fuese a funcionar como conversación en sí. Jin lo había arreglado para que no pareciese una persona rara y Jimin nuevamente tenía ese discreto y lindo maquillaje. Sus ojos se le hace nada vez más parecidos a los de un animal.
Como un ciervo.
Contradictorio pues esos animales tienen los ojos grandes, pero el contorno marrón crea cierta impresión.
—t-te sienta... bien... el m-ma-quilla-je. —balbucea torpe. Jimin le dirige la mirada finalmente, cruzando las piernas de manera mecánica. Seguramente acostumbrado a hacerlo.
—Gracias.
De nuevo silencio. Jungkook fuerza a sus neuronas a trabajar en un tema de conversación. Fracasa de manera inmediata. Jimin lo ve fijamente, pensando en cuáles son sus prioridades en este preciso instante: Estar bien y en paz con los padres de Yoongi regresando a su habitación para ver le techo todo el día; quedarse aquí, hablar con Jungkook como este parece querer tanto.
—Yo...—Jungkook alza la cabeza, luciendo interesado en lo que sea que pudiera decir. Con esa mirada de cachorro abandonado acaba por aceptar la segunda opción que el destino pone ante sí. Sería muy cruel simplemente irse, además también tiene curiosidad de Jungkook.
Es un Alpha bastante particular.
—he notado que no hablas con nadie. Excepto con Jin, pero Jin habla con cualquiera por leer su mente. Creo que también tiene una especie de complejo de mamá gallina. Es tierno. Será buen padre cuando sea que tenga cachorros. —sonríe. Apoyando los codos en sus rodillas. Jungkook asiente, acercándose.
—No hablo con nadie...
—¿Por qué? ¿Odias a la gente o algo así? —pregunta divertido.
—Pues... sé que muchas personas son malas, así que no quiero descubrir quiénes son y quiénes no.
Ladea la cabeza. Jungkook parece ser muy consciente de eso. Aunque es un poco triste al mismo tiempo.
—eso impide que puedas tener amistades que si valgan la pena.
—Pu-pues he querido hablar contigo. Cu-cuenta ¿o no? —interroga mordiéndose los labios. Jimin asiente.
—Si. Si cuenta. Deberías intentar un poco más. Buscar a alguien que le guste lo mismo que a ti. Las criaturas mágicas si no asumo mal—asiente efusivamente—. A muchos en Gryffindor les gusta eso. Puedes intentar.
—Igual hay muchas personas malas. Por eso a los hipogrifos no les gusta nadie de ahí. Se acercaron aquella vez porque ya me conocen, pero a ellos... los odian, se nota en su...
Jimin jamás creyó que estaría en un intensivo de hipogrifos y mucho menos que le iba a gustarle tanto sentirse un total erudito al respecto gracias a Jungkook. El Gryffindor dio una prolongada y magistral charla al respecto hasta darse cuenta de todo tiempo que consumió, lo mucho que hablo y la cara de Jimin que por equivocación interpreta como aburrimiento.
—Y-yo... lo siento. —Jimin sacude la cabeza, saliendo del ensoñamiento en el que entra una vez está totalmente enfocado en una conversación.
— ¿Perdón por qué? Continua. Me interesa mucho —dice acomodándose más en donde está sentado—. Te... ¿han dicho que eres molesto?
—Si... e-es cierto... es que... me gusta mucho hablar de eso...—balbucea abochornado—. L-lo siento, me perdí.
—Puedes perderte conmigo—no era la intención, pero Jungkook sintió eso como una invitación en doble sentido—. Me gusta escuchar a la gente hablar, sobre todo si me van a escuchar a mí también. Es simple respeto mutuo—Jungkook asiente, recostándose en la mesa de madera—. No eres molesto, eres apasionado que es una cualidad muy buena.
— ¿T-te apasiona algo? —pregunta interesado. En parte por remediar esos... cuarenta minutos de conversación sobre los hipogrifos.
—Me gusta bailar, también cantar y siempre he querido viajar, aunque no he tenido la oportunidad de hacerlo nunca—resopla con desilusión—. De mí casa a Hogwarts y de Hogwarts a mí casa. Así fluye la vida... O bueno, la casa de los padres de Yoongi.
— ¿también vives con él?
—Casi tenemos cordón umbilical—resume, con evidente indicación de no hablar más al respecto—. Tú... conoces la naturaleza de eut magia ¿no? Tienes padres magos, al menos asumo que si.
—E-eh, sí, si son magos los dos.
— ¿y bien?
—Si lo sé. —responde quedo.
— ¿no te preocupa estar hablando con un mago oscuro como yo? —interroga curioso por el asunto.
Jungkook es un año menor que él y la duda lo está comiendo. Por lo general, los recién ingresados suelen ser más temerosos y supersticiosos cuando no caen en Slytherin. Su fama es francamente fatal. Jungkook como Gryffindor debería crear aversión hacia la casa de las serpientes en lugar de andar persiguiendo a uno de los estudiantes que ocupan esa insignia.
—N... no...
— ¿Por qué?
—Si rechazara a cada criatura mágica oscura no tendría ninguna cual mirar. Las clasificaciones así solo funcionan para discrimina, dar una excusa para golpear y llorar si devuelven el golpe en defensa. N-no me interesa ese tipo de cosas. La considero... superficial.
Si hay de lo que sus profesores puedan hablar, es que Jungkook es un estudiante muy pendiente de esa clase de cuestionamientos y debates. Quedarse con las primeras impresiones no va con él. Es curioso y permanece lo suficiente para saber si la imagen corresponde a la impresión. O bien, la idealización.
Jimin no corresponde a la imagen idealizada de un mago oscuro. Todo lo contrario.
Ni siquiera parece de la casa de las serpientes. La cual es tachada por ese estigma.
Puede decirse lo mismo del Alpha: Tranquilo, tímido a rabiar, callado, curioso, pero sin ser revoltoso o indiscreto como casi todos en Gryffindor.
—Eres realmente tierno. Me agradas. —estira y balancea las piernas mientras sonríe, encantado por Jungkook.
—T-tú también me agradas. —balbucea en respuesta con una tímida sonrisa y arruga la nariz.
Estuvieron un buen rato hablando de banalidades inútiles, pero fue entretenido y con eso les bastó para que fuese bueno y suficiente. Al momento de despedirse Jungkook lo observa alejarse con ese caminar tan particular. Como si flotara y por ello lo crea, chocando con el suelo a cada rato por notar que realmente no lo hace.
Piensa en que a Jimin le gusta el baile y ciertamente muchas de sus posturas corresponden ¿Cómo sería bailando? Incluso cantando, tiene una voz muy suave y tierna. Aguda por la pubertad sin terminar de afectarlo a diferencia de él.
— ¡Jiminie~!
—N-no me abraces que tengo ya suficiente aroma de Alpha impregnado y no sé cómo quitármelo.
El Alpha de Hufflepuff hace un puchero en tanto que Taehyung silba divertido por el dilema del Omega.
—Hay un hechizo para eso—Jimin lo ve interesado—. Pero el costo es un abrazo.
— ¡No es justo! ¡Yo era el primero que iba a abrazar!
— ¡me estas aplastando Hobi! —ríe Jimin entre ambos Hufflepuff.
Hoseok es un Beta Hufflepuff, muggleborn y que asiste a su mismo año, pero extrañamente nunca lo había notado. Quizá por mantenerse al margen de todos los Alphas que cruzaran frente a él. Lo cierto es que el adolescente es más que adorable y cariñoso.
Aparentemente atrae Alphas que no cumplen con el canon de los Alphas... Lo encanta. De veras que si. Es mucho mejor y más tranquilo de esa manera. Puede abrazarlo sin que deba temer por una reacción fuera de lugar.
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Onix Wolf | KookMin || BOOK 2#
Fanfiction"He visto un lobo negro, casi como el Grim. Contrario a la fatalidad, es el Alpha que llena mi alma de vitalidad" Hogwarts!AU Pairing: KookMin [Alpha!Jeon Jung-Kook x Omega!Park Ji-Min] - Sope - NamJin Advertencias: Lemon/Smut, Lenguaje Obsceno, Flu...