32. Sin Ánimos

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—Me gustan tus padres. Son muy cariñosos.

—Aunque no lo fueron desde el principio.

—Es normal que se asustaran. —Murmura sobando su brazo.

— ¿Qué pasó con tus padres? Yoongi no es tu hermano, vives con él nada más... ¿Qué pasa realmente? —Jimin rasca su cuello, se hace el cabello para atrás y este cambia a un azul grisáceo.

En algún momento iba a preguntarle y aunque no le guste el tema, Jungkook no es un desconocido; es de las personas que más confía, siendo Yoongi la primera en esa lista.

—Están muertos.

—Oh.

—La verdad... Ni siquiera sé cómo pasó—Admite en voz baja y tenue—. Fue cuando tenía seis o siete años. Huíamos de algo, de alguien y... Para cuando lo pude notar estaban muertos a mí alrededor—Alza la mirada—. No recuerdo mucho de ellos. No los extraño. Solo pienso que si estuviera con ellos... Sería diferente, yo... Podría estar bien ahora.

—Mi papá trabaja en el ministerio, podría ayudarte a que estés bien—Afirma balanceando las piernas—. Hacer que te quedes aquí o con una familia sustituta mejor... ¡Como la de Jin! Incluso una Muggle como la de Hoseok, ya ellos saben del mundo magi-

—No puede. Mis padres estaban endeudados hasta el cuello con los Min, soy garantía de que el dinero se va a reponer, porque fue a mí nombre que dejaron la bóveda. Se supone que teníamos mucho dinero, pero pidieron préstamos. No lo entiendo bien... Solo que me usaron para no perder el dinero a final de cuentas. —Se sorprende de un pequeño Escarbato saliendo de debajo de la almohada de la cama en al que está sentado.

—Puedes pagarles incluso sin eso. Creo.

—No lo sé. No entiendo bien nada de eso.

— ¿Entonces qué?

—Esperar tres años a ser mayor de edad y quedarme en la calle porque tomaran todo el dinero de la bóveda... o esperar a que me casen con algún noble del mundo mágico, pague esa deuda y ser un Omega de alta clase cualquiera. —Ninguna opción le gusta, el cabello le cubre los ojos, pues está avergonzado.

—No tiene que ser así.

—Va a ser así.

— ¿Te gusta?

—Por supuesto que no, pero... ¿Cómo se supone que tenga esperanza de algo distinto? Así como tus padres todo el mundo rechaza a la gente como yo.

—Yo no lo hice.

—Porque estás loco.

—A veces los locos son mejores que los cuerdos.

Toma asiento con él, Jimin mantuvo la postura rígida y el rostro triste.

—Hay... Algo que me dice que no tengo final feliz... Una especie de... Déjà vu.

—Yo te haré feliz, porque te quiero mucho.

Imita la postura de Jimin, ambos con la cabeza recostada en sus rodillas, mirándose.

—Viajaremos mucho... Yo estudiando animales, pintando y tu bailando y cantando. Seguro te gusta.

—Es un lindo sueño.

—Un lindo futuro. Si pasará.

—Que optimista eres.

—Si me muestro igual de triste que tú no te haré reír y eso es lo que estoy tratando—Ríe sin querer, divertido—. ¿Ya ves? A los Omegas lindos hay que hacerlos reír.

Onix Wolf | KookMin || BOOK 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora