11. Colmillos al Descubierto

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—Tengo la sensación de que ya hemos hecho esto.

— ¿De que me serviría traerte aquí más de una vez a probar una sola cosa?

—Solo digo que se siente como un Déjà vu. Es extraño. —Admite pensativo.

—Quizá eres un oráculo.

Jimin se ríe antes de tomar las prendas que Taehyung le tiende. Se pregunta seriamente de dónde las sacó. Lo único que debía hacer con ellas es impregnarlas de su magia. Como implantar una pequeña semilla. Lo curioso es que los objetos son bastante... Especiales en si. Ya tienen una carga mágica muy fuerte. Uno lo repelió apenas le puso una mano encima.

— ¿Qué quieres hacer con esto?

—Son protecciones. —Responde tendiendo otro. Esta vez un conjunto de pendientes. Jimin lo observa. Son muy lindos, los usaría de no ser tan llamativos y él querer ser la antítesis de ello.

—Eh... ¿Protecciones de qué? —Insiste, confundido. Una pulsera. Un collar, un anillo; un arete para la nariz; piercirngs y demás indumentos que bien pueden usarse sin problema. Mucho le gusta y lo recuerda a Yoongi que usa joyería del estilo.

—Siempre es bueno estar protegidos. Hay momentos en los que simplemente estamos desprevenidos y lo peor puede pasar—Suena bastante paranoico y sin relación con su expresión sonriente y dulce—. Hoseok no comprende bien su magia, la magia en sí, así que consideré que quien me podría ayudar serias tu.

—Jungkook también sería muy útil. Es bastante hábil. —Taehyung alza la mirada, viéndolo concentrado en lo que hace.

De alguna manera, ha tardado en nombrar al Alpha.

Es mencionado a cada rato y casi diría que Jimin tiene un enamoramiento por el joven Alpha de Gryffindor.

—Tal vez, pero es mejor contigo. —Responde con gesto levemente forzado.

—Podría ayudar-

—Su magia es de luz. No funcionaria con él.

Hace un puchero ¿Por qué no? Esto es sencillo y no importaba esa clase de detalles. Taehyung se levanta de su lugar en el salón desocupado que utilizan. Tan lejos que a cualquiera le daria pereza ir ahí a ver que nadie haga un destrozo en el. Posiblemente los profesores ni siquiera se acuerden de que existe.

El Beta ladea la cabeza, Jimin clava su mirada en él, tornándose viperina por unos breves instantes hasta que Taehyung hace un movimiento de mano y Jimin cierra los ojos, si el Hufflepuff no lo sostiene se habría desplomado al suelo. Con su varita extrae un delgado hilo blanquecino que sostiene hasta dejarlo caer en un frasco.

—Sí, un Déjà vu—Musita dejando a Jimin echado en el suelo. Guarda todo lo que han encantado y lo oculta bajo una de las pesadas lozas del suelo antes de apuntar su varita al Omega—. Debería dejar de hacerte esto. A este paso acabaras afectado... Ojalá hubiera más gente así de fácil de hechizar—Bufa mal humorado—. Enervate.

Jimin despierta y guiña los ojos, viendo alrededor con ligero aturdimiento ¿Qué hace en ese salón vacío? No hay nadie aquí. Tuvo un desagradable temblor en su interior, como si su magia estuviera exigiendo salir de manera brusca. En pie anda torpemente a la salida, andando por los pasillos con el mareo amenazando con hacerlo vomitar.

¿Qué hacia allí?

Es muy lejos de Slytherin y debe haber una razón sí o sí. De camino a su sala común, chocando con algún que otro estudiante en su camino topa con una curiosa persecución. Conoce a uno solo de los personajes ahí.

Nuevamente la incomodidad y exigencia de que eso en lo más profundo de su ser salga disparado.

Jungkook es a quien están persiguiendo, el pobre Alpha huye con todas sus fuerzas del gran grupo de variadas casas que quien sabe que pretenden. Su melena lentamente se vuelve roja. Enojado sin comprender la escena. Simplemente lo enerva. Jungkook luce asustado, no el típico susto, ese pánico social inminente, sino como si temiera que lo vayan a lastimar.

Distinguir cuantos hay de cada casa, sus castas, caras; es inútil. Tan embotado está que simplemente responde a la rabia que le genera. Jungkook torpeza y rueda por el suelo, ensuciándose y raspándose parte del rostro y manos en el trayecto. Rompiendo su uniforme. Uno de los perseguidores se le sube encima, aplastándolo contra el suelo.

Como si quisiera evitar que se fuera. Jungkook respira por la boca, angustiado— Ya no tan valiente ¿O sí? Niñato. —rezonga con una sonrisa tensa antes de golpear el rostro de Jungkook contra el suelo y rompiendo su nariz en el proceso.

—Y-yo-

— ¿Qué pasa? Te enamoraste de ese animal ¿Por eso lo defendiste? Disculpa por dañar a tu novia, niño raro.

—Quizá es un animal también.

—Vamos a ver.

Casi se pone a llorar. Uno de los tantos que están ahí grita, echándose atrás y huyendo pronto. Un siseo llama su atención y contrario al pánico del resto, el permanece tranquilo viendo a la gran serpiente de escamas blanquecinas con brillo platinado. Esta abre las fauces más de lo que parece poder, exhibiendo unos enormes colmillos y un cuerpo largo que soportaría tragar una persona.

De hecho, se lanza a morder y a pesar de que no lo logra, aprieta peligrosamente el cuello de un Ravenclaw. Este tira a la serpiente y sale huyendo. Jungkook queda solo, jadeando y viendo a la serpiente que repta hasta él, sacando la lengua de vez en cuando y con esas aletas laterales que le dan aspecto más elegante junto a su propio color.

Con mano temblorosa extiende el brazo, permitiendo que el animal trepe por su brazo hasta acomodarse bajo su ropa. Sufre algunos temblores debido a lo frio de su piel. De forma juguetona, la serpiente saca al cabeza de la ropa, luciendo como un pequeño animal de compañía.

Jungkook corrió a Gryffindor para esconderla y ver que estuviera bien. Cerró la puerta de la habitación que comparte con los demás varones de primer año y la coloca en su cama. Rebusca en su baúl los libros que puedan servirle para examinar a un animal de ese tamaño.

Es imposible que sea una serpiente normal. Siente magia manando de ella.

— ¿Está bien? —Con cautela da caricias bajo la cabeza, la serpiente lo mira fijamente—. N-No sé mucho de... Serpientes...—Se encoge en su sitio—. Por mi culpa te hicieron daño... ¿Por qué hay gente tan mala? Estaban dañando a los Escarbatos que tiene el guardabosque... Dieron uno de comer a los hipogrifos. No se supone que sea así... —Suspira recostando la mejilla—. La gente es odiosa.

— ¿Yo también soy odioso?

Jungkook se hizo atrás, espantado y sorprendido en partes iguale por la breve y elegante transformación de la serpiente hasta ser Jimin. El Omega parpadea un par de veces hasta que sus ojos vuelven a la normalidad.

El Morpho exhibe un brillante cabello rojo. Cruza las piernas, hace puchero y apoya las manos en la cama tendida. Fue un impulso demasiado fuerte como para resistirlo. Como humano no iba a lograr ahuyentarlos, quien sabe si lo golpeaban a él también o algo peor. Como serpiente podía ahuyentarlos. Se supone que para eso es un Animago en primer lugar.

Jungkook gatea hasta él, aun con la cara de sorpresa y emoción al mismo tiempo. Pronto casi salta encima de Jimin que se inclina hacia atrás, con el cabello tornándose morado lentamente por la vergüenza que le provoca la postura.

— ¡Eres una serpiente bellisima! ¿¡Cómo puedes decir que no eres un Omega bonito si eres el más genial que haya conocido!? —Enrojece un par de tonos.

Vale, esa clase de confesión no la esperaba para nada.

Mucho menos tras haber demostrado sus colmillos. Aunque claro, no hay que olvidar que Jungkook prácticamente rompe cada regla de la normalidad. Posiblemente sea eso lo que tiene a Jimin tan maravillado. Hasta el punto en que se siente halagado por el Alpha.


Onix Wolf | KookMin || BOOK 2#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora