Capítulo 13

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Los hermanos caminaban en silencio, Ivar y Sigurd solo estaban pensando nuevos insultos y formas de molestarse mutuamente, pero Ubbe y Hvitserk...

-Solo quiero hablar con ella... - Ubbe estaba frente a la casa de Ligia, intentando dialogar con Ondina, pero todos sus intentos eran en vano, pues su única respuesta siempre era...

-No.

-De acuerdo... - Parecía que tras numerosos intentos finalmente se había rendido. – Cuida de ella.

-Siempre. – Tras decir esto, Ondina regresó al interior de la casa mientras Ubbe fue al encuentro de sus hermanos, o al menos de dos de ellos, ya que el tercero había estado esperando su turno tras un carro cargado de leña. – Ya dije que... - Ondina salió al sentir a alguien en la puerta. – Oh... Tú...

-También me encanta verte... - Hvitserk le ofreció una falsa sonrisa.

-No.

-Aún no he...

-Querías ver a Ligia, hablar con ella... - Ondina relataba de forma monótona. – Oh... Y disculparte... - Le devolvió la falsa sonrisa, sin siquiera intentar esconder su tono hiriente.

-Sé que no debí...

-¿De verdad quieres disculparte? ¿Quieres que se sienta mejor?

-Sí.

-Pues dale espacio... Y tiempo... - Hablaba calmada. – Ya tuvo suficiente ayer, necesita unos días... - Un ligero suspiro se escapó de sus labios. – Para reflexionar... - Hvitserk frunció los labios mientras exhalaba pesadamente para después dar media vuelta y marcharse junto a sus hermanos.

Ubbe y Hvitserk se encontraban en la cabaña mientras Ivar se encontraba fuera, sentado en un tronco y Sigurd había ido a por agua. Ambos sentían la tensión, pero ninguno quería hablar, llevaban ya varios días en la cabaña y, hasta ese momento, habían conseguido evitar estar solos. Ubbe arreglaba unas flechas mientras Hvitserk tallaba un pedazo de madera en un absoluto silencio, hasta que Ubbe decidió romperlo.

-¿Vas a decir ya que te ocurre hermano?

-Ya lo sabes.

-¿Todo esto es por Ligia? – No pudo contener una risita. – Hermano, sabes que no depende de nosotros, será ella quien elija - Terminó con una risilla.

-¿Cuándo lo supiste?

-Sé que cuando padre se fue aún eras joven... Pero creí que ya habías hablado de esto con él... - Ubbe continuaba con su tono de broma.

-Sabes a qué me refiero...

-Creía que ya lo habías descubierto por ti mismo... Con alguna esclava...

-¿Cuándo supiste que Ligia era...?

-Baja la voz. – Ubbe dejó de sonreír al instante, se acercó a su hermano tras comprobar que Ivar seguía centrado en afilar su hacha fuera. - ¿Cómo lo...?

-La... La vi... En el lago.

-¿Estaba sola?

-Sí ¿Por qué?

-Cuando yo la vi... Lo siguiente que recuerdo es la espada de Lorelei en mi nuca. – Se rascó suavemente la nuca, recordando aquel momento. – Nunca la dejan sola, siempre están ahí... Aunque no las veas. – Ubbe tomó sus flechas de nuevo. – Bueno, ¿y cómo te sientes rodeado de sirenas? – Preguntó mientras retomaba su trabajo con las flechas.

-¿Rodeado de?

-No lo sabias... - Ubbe cerró los ojos maldiciéndose a sí mismo.

-¿Sus guerreras son...?

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